Fundado en 1904, es una de las instituciones españolas de mayor solera en estudios atmosféricos, astronómicos y sismológicos. Aunque en las últimas décadas han cobrado gran protagonismo en España otros muchos centros, el Observatorio del Ebro, en Roquetas (Tarragona), muy cerca de Tortosa, tiene más de un siglo de historia y continúa siendo hoy uno de los mejores notarios con los que cuenta la ciencia española para dar fe de lo que acontece en la Tierra y en el espacio. Lo creó la Compañía de Jesús y en la actualidad es un centro perteneciente a la Universidad Ramón Llull y coordinado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su larga historia ha permitido que en sus archivos estén catalogadas observaciones meteorológicas que nos hablan de la evolución del clima durante más de un siglo, así como estudios permanentes de la actividad solar desde principios del siglo XX. Dos de sus aportaciones más importantes se centran en el conocimiento de la ionosfera y del campo magnético terrestre, pero también es especialmente importante su faceta divulgativa y el enfoque de servicio público que se le está dando a su extraordinario fondo documental, en cuya biblioteca se reúnen más de 50.000 volúmenes. La página web del Observatorio del Ebro (http://www.obsebre.es) es un regalo para las personas interesadas en la astronomía, la sismología y las ciencias de la atmósfera, con tal profusión de datos que otras instituciones públicas deberían tomar nota a la hora de difundir sus actividades e investigaciones en favor de la divulgación científica.