Último martes del año. Y parece que fue ayer cuando iniciábamos enero cargados de nuevos propósitos y buenas intenciones... Comida sana, más gimnasio y menos series. Y en vez de eso, en vez de eso en 2015 abro una empresa de productos gourmet, dejo el gimnasio para otra era en la que una haga deporte sin sudar y por obra y gracia del Espíritu Santo y me embobo delante de la tele. Y es que... Como para no embobarse. El año que cerramos ha traído muchas cosas buenas para la pequeña pantalla. Series nuevas, temporadas renovadas y finales épicos. Better call Saul hizo que a principios de año reviviéramos al abogado que en Breaking Bad nos arrancó más de una carcajada. Mad Men dijo adiós de manera definitiva a todos los fans que durante años amaron y odiaron a Don Drapper y las nuevas temporadas de series como The Walking Dead o Juego de Tronos nos mantuvieron con el corazón en vilo capítulo tras capítulo pendientes de la suerte o la desgracia que afectaba a sus personajes principales. Y mención especial merecen los personajes principales de la serie The Affair señores, que rozando el final de este intenso 2015, nos han narrado la segunda temporada de su ya conocida y dramática historia de amor, pasión e infidelidades dejándonos, de manera literal, con la boca abierta. Y como aquí la que escribe se caracteriza por ser una happy chica más que positiva, pasará por alto el tiempo perdido con pifias como Fear the Walking Dead, Rabia, o alguna que otra españolada nada digna de mención... Así es que para este 2016, y visto lo visto, me marcaré un propósito realista que seguro soy capaz de cumplir: más sofá, más series y más columnas, por supuesto, con usted como uno de mis protagonistas al otro lado de mi pantalla, que no es otra que este periódico.
