Seguimos con las sorpresas. Netflix, de nuevo, bendito sea el mesías que abre los cielos de los seriéfilos, nos vuelve a traer un pequeño regalo, en este caso en forma de una serie histórica ambientada en la Inglaterra de la Alta Edad Media. Estoy hablando de The Last Kingdom (El último reino), una serie original del gigante norteamericano, de su filial británica, basada en la serie de libros de Bernard Cornwell del mismo nombre.
¿Qué tienes que tener para que te guste The Last Kingdom? Amor por las series históricas „no todos lo tienen„ y ayuda, aunque no es imprescindible, haber visto Vikings, de Canal Historia. Ambas series se complementan tanto que parece estar viendo la otra cara de Vikings: si ahí seguíamos a Ragnar Lothbrok y sus invasiones de Inglaterra, aquí vemos cómo los ingleses „o sajones„?se defienden de las acometidas vikingas „o danesas„.
Al final, The Last Kingdom habla de un joven que no sabe quién es ni de parte de quién está o debería estar. En realidad, es el hombre ante el precipicio de su vida, en ese momento en el que todos nos paramos y pensamos hacia dónde dar el siguiente paso, ese momento en el que, como diría Nietzsche, miramos al vacío y este nos devuelve la mirada. Uthred, que es como se llama el protagonista, tiene detrás un pasado complicado y no sabe si es sajón o danés, no sabe cuál es su mundo y dónde será admitido, si es que es admitido en cualquier parte.
En fin, The Last Kingdom nos reconcilia con las series históricas y nos da un motivo para empezar 2016 pegados a la pantalla. Sigue la edad de oro de la televisión, y por muchos años, y cada vez más productos aparecen en casi cualquier plataforma para permitirnos evadirnos de una realidad que, seamos sinceros, no mejora pese a lo que digan los datos macroeconómicos. En fin, será cosa de estas fechas, será cosa de Uthred, pero lo cierto es que uno ya no sabe si es sajón o danés. Que Odín, o Dios, o Bartlett, nos salven.
