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Julio Monreal

La madeja sobre la "taula"

El hilo de los 1.000 euros sucios para la campaña lleva hacia 50 concejales y asesores de Valencia, pero la madeja está en el robo a manos llenas del dinero de los colegios

Como en la novela de Pérez Reverte «El tango de la guardia vieja», cuando ella señalaba la luna y él se limitaba absorto a mirar el dedo, las investigaciones que están saliendo a la luz en la denominada operación Taula han provocado un cierto desenfoque en determinadas lecturas. Aquí lo importante es que en una empresa pública que el Consell del PP creó para construir y reformar colegios con el fin de que la inversión saliera adelante con rapidez y menor precio se acumularon sobrecostes de más de mil millones de euros y se adjudicaron los contratos a un grupo selecto de empresas que al parecer pagaron comisiones millonarias a los vivales que gestionaban, a las arcas del partido conservador o a ambos. Y lo mismo ocurrió, supuestamente, con el brillante plan de construcción de campos de fútbol con césped artificial o con el de sustitución de puntos de alumbrado público por lámparas led, ambos auspiciados por la Diputación de Alfonso Rus.

Cada palo que aguante su vela, como se dice desde Algeciras hasta Copenhague, pero hay velitas de cumpleaños y cirios pascuales. De esta operación supuestamente corrupta que puede superar en importe a la de los ERE de Andalucía hay quien se ha quedado solo con la investigación/imputación de 50 concejales y asesores del PP en el Ayuntamiento de Valencia bajo el mandato de Rita Barberá por aportar 1.000 euros cada uno para su propia campaña y recuperar dicho importe en dos billetes de 500 euros con el aviso de que no podían ingresarlos en una cuenta corriente. El dinero retornado desde luego tiene pinta de sucio, pero suena más como indicio que como centro de operaciones. Acostumbrados a cifras millonarias, corromperse por 1.000 euros casi da risa. El hilo puede llegar a la Casa Consistorial, pero la madeja está en otra parte, huele a aula, a césped artificial y a bombilla led. Y habrá más. En el PP ya no utilizan pañuelos para las lágrimas. Ahora necesitan enjugarlas con paños de cocina.

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