La plana mayor de las ciencias atmosféricas se da cita este año en las Jornadas Científicas de la Asociación Meteorológica Española (AME), que acogerá la ciudad de Teruel del 29 de febrero al 2 de marzo. El lema, «Meteorología en el siglo XXI», esconde numerosas preguntas, a las que se intentará dar respuesta en un evento que no sólo reúne a los representantes del mundo de la meteorología y la climatología españolas, sino también a nuestros vecinos de Portugal, en el que será el XVII Encuentro Hispano-Luso de Meteorología. No son casualidad la elección de la sede ni el lema del evento, que se celebra en una ciudad que constituye un icono en este ámbito por su personalidad climática. Y la alusión al siglo XXI, más que a los grandes avances que se han logrado en la predicción y la vigilancia del tiempo, alude en realidad a los nuevos retos que se les avecinan a los meteorólogos, ya que la sociedad cada vez es más exigente, puesto que como es sabido pocas cosas como el estado de la atmósfera son objeto de tanta demanda de información. Como es lógico, se hablará del cambio climático, pero también de los aspectos económicos y sociales de la meteorología, de las aplicaciones meteorológicas, del futuro inminente de los pronósticos y de los extremos climáticos. No sería mala idea que en este contexto se reflexione también acerca del papel y la función de servicio público de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), de la que, por cierto, veo más lógico que se llame Agencia Española de Meteorología. Ni siquiera sería necesario modificar sus siglas.