A estas alturas, nuestros lectores tienen ya en sus manos Urban, la revista que lanza Levante-EMV, y que se estrenó el jueves en un fiestón de los grandes. Cartelera de ocio y cultura, el subtítulo, proclama su intención; también, su aspiración. Es una publicación ambiciosa, que no se pone límites, que salta fronteras limpiamente, barajando todo lo que puede acontecer en una ciudad como la nuestra, tan varia, sorprendente, exaltada, contradictoria€ y fascinante.
¿Qué pedimos hoy a una revista de este tipo? Pues eso: que nos lo dé todo, que abra un panorama completo, y lo haga con lucidez, conocimiento de causa€ y garbo. Urban lo tiene. Se apoya en un gran equipo bajo la batuta directora de ese cóctel rubio de inteligencia, chispa y encanto que es Susana Golf, y con el aval fotográfico de José Luis Abad. Y ¿qué sentido tiene actualmente una revista de estas características? No sólo colmar la curiosidad, la sed de información, el deseo vivo de estar al día, la apetencia estética. Algo más: la permanencia. Frente a las imágenes fugaces que segregan incansablemente los medios audiovisuales, se alza el poder inmarchitable de las páginas que quedan, las que podemos hojear una y otra vez, releyendo los artículos o reportajes que nos han despertado mayor interés, incluso conservándolos cuidadosamente. Como yo misma hacía en otro tiempo con aquellos ejemplares de Elle que compraba en el añorado quiosco Quilis de la calle de las Barcas, donde llegaba cada semana (entonces era semanal) en su edición francesa, esmaltada de relevantes firmas de la cultura gala, como André Maurois, Marcelle Auclair, Françoise Sagan, Jean Anouilh y tantas otras.
También en Urban aparecen firmas que aprecio: Guillermo Arazo, Mariola Cubells, Josep Lozano, Ángela Pla, Antonio M. Sánchez€ Descubro a Puri Mascarell. Y reencuentro a Carles Gámez, que vuelve la vista atrás para detenerse en uno de los grandes sex-symbol del siglo pasado: Brigitte Bardot, la estrella que entronizó el biquini y sacudió las pantallas, galvanizando los íntimos sueños de muchas mentes en todo el mundo.
Sentir Valencia; apurar la vida a grandes sorbos. Ha llegado Urban; bienvenida sea.
