Puede sorprender a alguien que en este momento el PNV entre en juego, con nuevos ímpetus, en la zarabanda política en que nos encontramos, como partido de apoyo a la candidatura de Pedro Sánchez? Más bien no, puesto que es evidente que con todo el ruido que se está haciendo por los partidos de izquierda, tanto viejos como nuevos, con la reivindicación del derecho a decidir sobre la independencia, alias autodeterminación, es lógico que se aproveche por los partidos independentistas, y el partido vasco, lógicamente, no iba a quedarse a la zaga.

El portavoz del PNV, Koldo Mediavilla, se ha dejado caer acompañando el ya clásico derecho a decidir con la creación de una caja de la Seguridad Social vasco-navarra, al margen de la actual caja única de la Seguridad Social de ámbito estatal, que integra el capítulo de las pensiones. Seguramente sea esta institución donde se plasme con mayor nitidez lo que supone la existencia de una nación, pues es el bastión donde se produce la inexcusable solidaridad entre la gente que puebla el territorio. Ambas cuestiones „nación y solidaridad„ se recogen en nuestra Constitución que, increíblemente, algunos sectores situados en el escenario progresista quieren derogar con gran ahínco, ignorando que no existe la más mínima posibilidad de que la nueva Constitución que pudiera sustituirla vaya a mejorarla en este contexto radicalmente neoliberal. ¡Qué ingenuidad no exenta de supina ignorancia!

Pero volvamos al meollo. ¿Cómo puede admitir alguien que apoye ideas mínimamente progresistas aceptar la ruptura de la caja única de la Seguridad Social? ¿Cómo se puede seguir hablando del presunto ministerio de la plurinacionalidad desde una imagen de izquierdas, sin evidenciar la más absurda estulticia para con los más necesitados de este país?

Cierto es que a tan desorbitada petición se ha opuesto ya el portavoz de IU, Alberto Garzón, y algún portavoz del PSOE, pero parece lógico que ni Sánchez, ni Iglesias, pueden aceptar tan desaforada pretensión. La reivindicación de la caja única de la Seguridad Social a nivel estatal, ha sido uno de los pilares básicos de la lucha histórica de la clase trabajadora española y no puede echarse por la borda de ninguna manera, ni siquiera bajo el aparente ímpetu independentista del derecho a decidir, tan nefasto, por otra parte, para el conjunto de los trabajadores.