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¡Paco, Paco, Paco!

Paco, Paco, Paco», y los muros del Trinquet de Sagunt se estremecían de emoción. Lágrimas que acariciaban los rostros de quienes sufrían con su sufrimiento, con aquella raspada en la que «es va deixar el dit» para salvar la final y abrir las puertas a la eternidad. Alguien dijo que vio a las murallas llorar. Fue aquella la partida del siglo, yo diría que de la Historia, esa partida que se repitió en TVV cuando aquel maravilloso instrumento estaba al servicio de la estima de un pueblo que se reconocía en su lengua, en su cultura, en su deporte.

Paco había cedido su imagen en una campaña para fomentar la lengua mamada en las entrañas su madre. Paco pertenece a un tiempo digno. Fue aquella su última partida individual. Ya estaba en los espacios de la memoria, en el corazón de todos. Hubo gentes que se preocuparon de su futuro y desde entonces la Federació de Pilota lo tiene en nómina. Realiza una hermosa y muy eficaz tarea: aportar su imagen en actos institucionales, finales de promoción y allá donde su presencia, siempre querida, es solicitada. Junto a un sueldo acorde con las escasas posibilidades de una Federació que sufre los recortes presupuestarios y eternos retrasos en cobros pero que le permitirá tener una digna jubilación, completaba sus ingresos mensuales con el aporte del club Bot de Braç. Ingresos que procuró hace años el ex alcalde de su pueblo, Emilio Llopis, con dineros de Imelsa. Paco no ha de «estirar la chaqueta a ningú» porque han de ser los responsables políticos los que regularicen su situación. Sin embargo, y convendrá empezar a hablar claro, nos encontramos con síntomas preocupantes.

Suenan músicas, gestos mediáticos, palabras de ilusiones pero los profesionales cobran por la generosidad de un mecenas, el mismo que ha comprado Pelayo; la Federació se endeuda afrontando pólizas de crédito a la espera de que se cumplan promesas de convenios; y ciertas actitudes y declaraciones de algunos responsables empiezan a resquebrajar una unanimidad conseguida.

Paco es la Pilota y este deporte no se cuestiona. El último que se atrevió a hacerlo fue aquel director de RTVV, un tal Carrascosa, que remitió a «esos de la pelotita»a emitir su partida a las ocho de la mañana de un Año Nuevo. La Pilota sigue viva y aquel personaje, y otros de su perfil, desaparecieron por los desagües de la Historia. Convendría a algunos pensar en ello.

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