El pasado 20 de mayo, siete meses antes de las elecciones generales, publicamos en Levante-EMV un artículo titulado «Un gran pacto entre los que se supieron perdonar», en el que se proponía como solución de futuro una gran coalición de los partidos históricos PP y PSOE frente a lo que se anunciaba como un aluvión de partidos reaccionarios sin más historia ni contenido que la irritación acumulada de los ciudadanos ante los abusos de los partidos gobernantes.

La situación que se anunciaba en el citado artículo se ha hecho realidad y nos encontramos en una tremenda encrucijada en la que los nuevos partidos se enfrentan entre sí a muerte buscando nuevas elecciones que les aumentes sus votantes o al menos nuevas situaciones más favorables para sus fines. Y mientras tanto, Pedro Sánchez, deslumbrado por la lejana posibilidad de llegar a la Moncloa, cierra ojos y oídos a sus antecesores y trabaja sin cesar para lograr su nombramiento en unas Cortes muy divididas.

Lo dijimos en aquella ocasión y lo volvemos a repetir. Si un partido con 123 diputados no tiene suficientes apoyos para formar gobierno, ¿le será más fácil lograrlo a un partido con solo 89? Esos son los mimbres con los que cuenta Sánchez para comparecer en el Congreso dentro de unos días, por muchas horas de conversación que le echen en jornadas interminables.

La propuesta que dijimos es la que ahora ofrece el presidente Mariano Rajoy „PP/PSOE/C´s„, como se ha llevado a cabo en muchos países con suficiente éxito para su propuesta en nuestras tierras, si es que queremos dar respuesta política e ideológica a las nuevas formaciones reaccionarias, que en estos momentos se encuentran improvisando propuestas y programas sin ningún respaldo ideológico que las avale.

Estamos en nuevos momentos que exigen nuevas actitudes. Quizá de carácter transitorio que permitan, una vez superada esta excepcional situación, volver al histórico enfrentamiento. Pero cuando se nos está quemando la casa, es momento de echar agua todos juntos y olvidarnos de viejas historias. Especialmente cuando se analizan los programas y hay más cercanía entre PP y PSOE que con todos los demás, aunque Sánchez, emborrachado de poder, haga perder esta gran oportunidad a España y los votantes tengamos que asistir a este teatro temiendo por nuestros intereses, que es lo primero que los políticos deben atender.

Lo dijimos siete meses antes de elecciones y lo volvemos a repetir. Las dos Españas tenían mucho que ventilar en el 75. Y tuvimos unos políticos que lo supieron solventar con grandeza de miras, llevando a España a su mayor nivel de riqueza conocido. Hoy hace falta lo mismo. Solo necesitamos los políticos adecuados.