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José Sierra

El despegue del coche eléctrico

En España se vendieron en 2015 un total de 1.461 unidades de vehículos eléctricos, frente a las 1.107 del año anterior, lo que representa un incremento del 31,9% que podría ser visto con optimismo si nos remontamos a 2011, cuando se vendían 377 unidades, pero que todavía están muy lejos de lo que está ocurriendo en otros países.

Según el Centro de Investigación de Energía Solar e Hidrógeno de Baden-Württemberg (ZSW), en 2015 el número de vehículos eléctricos se duplicó, pasando de 750.000 a alrededor de 1,3 millones, con 550.000 nuevos registros que suponen un incremento del 68%. España queda todavía un poco lejos de Estados Unidos, líder mundial con 410.000 vehículos eléctricos, o de Noruega, con 79.000, donde uno de cada cinco modelos matriculados tiene tracción eléctrica. Decir que China tiene ya 307.000 coches alimentados con electricidad no significa mucho en un país de sus proporciones, aunque quizá si saber que solo en el último año se vendieron 207.000. Parece obvio que en país asiático le están viendo las orejas al lobo de la contaminación en las grandes ciudades y han puesto toda su poderosa energía a trabajar en la búsqueda de soluciones. Aquí en España, las ventas siguen por debajo de la tendencia europea y están directamente relacionadas con las ayudas de la administración, mientras se ha avanzado muy poco, apenas nada, en la instalación de puntos de recarga.

Aedive, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico quiere que las ayudas estatales a la compra de vehículos eléctricos se apliquen a la reducción de impuestos, como ocurre en los países europeos donde se aprecia un éxito de ventas, que haya continuidad en las ayudas, con planes plurianuales, y que no limiten la posibilidad de las grandes flotas de acogerse a las mismas. Una pista de como funcionan aquí las cosas: el plan de ayudas, el Movea, se aprobó en noviembre de 2015 pero todavía no está operativa la web donde se gestionan las ayudas. Al contrario de lo que ocurre en otras ciudades europeas, tampoco nadie se plantea por el momento eximir a estos vehículos del impuesto municipal, darles aparcamiento gratuito o prioridad en el uso de la calzada pese a que la calidad del aire en las ciudades y la salud de sus ciudadanos va a depender mucho en el medio plazo del auge del coche eléctrico.

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