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Semáforos que escuecen

Lo que voy a narrar ocurrió hace menos de un año: siete mujeres, todas ellas desarrollando cargos de cierta responsabilidad en distintos medios de comunicación españoles, nos sentamos juntas para comer y compartir experiencias en el descanso de un curso de formación al que asistimos con 40 compañeros varones más. Se acerca un miembro de la organización del curso del que éramos clientas y, al ver una mesa compuesta únicamente por mujeres y sin importarle nada que fuéramos (entre muchas cosas) sus clientas, reitero„, espeta: «vaya, solo falta la ouija». Nos llamó «brujas» y se quedó tan pancho.

Ayer. Tuit de los Mossos d´Esquadra: «Si vas sola, no passis per carrers solitaris i esquiva persones que no t´inspirin confiança. Evita posar-te en risc #Consellsmossos». Les faltó añadir no viajes sola, no vistas corto ni hables con desconocidos. Si algo te pasa, la culpa es tuya #ConsellsMossos.

El machismo, como todo en esta vida, tiene niveles e intensidades: micros y macros. Los micros son el reflejo de los macros; sin unos no existen los otros pero a los dos les une lo mismo: la violencia. Sin la desigualdad brutal que suponen los 116 días de más que tiene que trabajar una valenciana para ganar lo mismo que su compañero no existen la gratuidad para entrar en las discotecas solo por el hecho de ser mujer y, por tanto, reclamo sexual para los clientes varones. A más mujeres que entren gratis, más hombres vendrán. Sin la ´cosificación´ y el uso del cuerpo de la mujer como reclamo para conseguir todo tipos de productos no existen comités negociadores para formar Gobiernos en los que no hay ni una sola mujer. Sin una cosa no hay la otra, porque una cosa va unida a la otra.

Por eso, cualquier gesto que sirva para deshacer micros y macromachismos y para visibilizar que hay una mitad de la población que existe pero que no tiene su espacio casi nunca en y para la cosa pública, sirve. Aunque sea la silueta en un semáforo de una mujer con falda. Porque si en vez de falda se le hubiera puesto una coleta como las que hay en el viejo cauce alguien habría dicho ´es que todas las mujeres no llevan coleta ni pelo largo´. Quizás lo que sobran en realidad son los iconos antiguos tanto para hombre como para mujer pero, y les lanzo el guante, no hay gesto para visibilizar a la mujer que no vaya siempre acompañado de críticas, burlas o como si fuera un tema menor. ¿O no?

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