El 14 de marzo es el Día internacional de acción contra las represas y por los ríos, el agua y la vida, una cita marcada de azul turquesa en el calendario, color del agua salvaje y libre que nos permite vivir y dar vida, que sirve para recordarnos a todos nosotros que los ríos necesitan de toda nuestra ayuda, cariño, apoyo y respeto. Por ello, desde Ríos con vida queremos incidir en la necesidad urgente de prestarles ayuda. Somos y seremos parte de los ríos, es un todo de una misma corriente de agua y vida, sostenible con su uso y disfrute.

Necesitamos de ellos para poder respirar, beber, comer, fabricar, en la higiene y salud pero estando en armonía con el río para que siga dándonos y sintiéndose río... brindándonos paisajes inigualables en nuestra retina, recorrer las sendas de sus bosques de ribera que son auténticas catedrales naturales y evadirnos de nuestros problemas, poder llevar a nuestros hijos a jugar, bañarse, correr y reír bajo las sombras de sus bosque de riberas, que proyecte a ojos del mundo que la Comunitat Valenciana somos capaces de llevar cualquier reto adelante en armonía con la naturaleza, entendiendo que los ríos no saben de barreras y fronteras, siendo las continuos cortes en sus venas que le provocamos con las presas y azudes uno de los mayores factores de su agónica situación.

El respeto al río no existe, empezando por el hecho de que los planes de Gestión de Riesgo de Inundaciones no obligan a la revisión de los planes urbanísticos. Los explotadores del agua de los ríos son en su mayor parte las hidroeléctricas y las comunidades privadas de agricultores, que no quieren revisar sus leoninas concesiones de explotación. Unos pocos son dueños de un recurso de todos, ellos principalmente tienen en su mano la solución a que los ríos no estén presos de sus legajos concesionales. Por desgracia para los ríos, lo visto y oído en las mesas de participación ciudadana del vigente Plan Hidrológico retrata el egoísmo y las posiciones intransigentes por parte de los capturadores del agua que nos da la vida a todos. La frase que retrata esta situación es: «Si la sociedad y el río quiere mi agua, que me la pague».

La comunidad científica e investigadora nos indica continuamente que no estamos haciendo lo suficiente por los ríos. Las más de 1.000 presas y azudes existentes en el Júcar los llenan de heridas insalvables, matando su fluir y con ello la vida. Existen más de 150 barreras en desuso, solo se ha actuado sobre una. ¿Tenemos que esperar 149 años para eliminar el resto? Estamos en el siglo XXI, no son necesarios todos los muros de hormigón clavados en los cauces, revisemos, adecuemos y racionalicemos al máximo estas estructuras artificiales. Hay mucho que hacer y se está haciendo muy poco. Desde Ríos con vida pedimos que se ponga más empeño en evitar la salinización, vertidos, caudales, barreras, aguas extraídas, pesticidas, nitratos e incidir en la protección medioambiental de los bosques de ribera y sus zonas aledañas.

Nuestros ríos merecen el respeto y admiración social, obtener su libertad de ser y dar vida a toda la sociedad es una tarea que tenemos que realizar entre todos. Nos vemos en el río.