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Nazis eslovacos

Uno entiende que los suecos o los daneses, que son altos, blancos, ricos y educados, puedan parecer la raza superior (si uno tiene el nivel de inteligencia de un infusorio), pero ¿cómo puede haber un 8 % de nazis en Eslovaquia? Los eslovacos que, a los mismos checos, les parecían bastante palurdos. Más aún: en la Austria del baile de la rosa, la tarta Sacher y el concierto de Año Nuevo, las camadas negras suman casi un tercio de los votos y si Orban de Hungría, el jinete tártaro, les parece de extrema derecha, deben saber que guardan en su seno unas víboras aún más letales.

¿Qué clase de cabestros se presentan como nazis de Aurora Dorada, en Grecia? Grecia tuvo aqueos y pelasgos y pueblos del mar (fueran lo que fueran), dorios y turcos, búlgaros, bizantinos, venecianos y catalanes, entre otros: o sea, más leches que un gos barraquer. Pues los hay. Cuando el modelo griego de guerra eterna entre las ciudades y de contención de los persas, se agotó por su propia lógica suicida, fue un macedonio, un extranjero, que ni siquiera se llamaba Alejandro, sino Iskander, el encargado de hacer planetario y permanente el ideal griego.

Ahora quizás esté pasando lo mismo con Alemania. Las viejas democracias tienen a Hollande (que parece un castigo en sí mismo) o a una City trufada de condes Drácula, que sorben los tuétanos de un gran país como Gran Bretaña. Y podrían tener de presidente de EE UU a la Ambición Rubia (siempre que el amarillo moco se acepte como color de pelo). Ahora, sólo Alemania, que sufrió como nadie la fiebre fascista, parece la última reserva de misericordia, discurso libre y acción constructiva: aquellos bombardeos son estos refugiados (El Roto).

Un personaje de Anthony Burgess, que es cura italiano y que será papa, le suelta un puñetazo a un SS que se jacta de ser de la raza de señores. La sabia Italia, que fue fascista por amor a la ópera y los desfiles, sabe que, aunque hayan inventado la letra de cambio, el soneto, la perspectiva y el Renacimiento, entre otras minucias, sólo somos un grano en el culo del mundo. Alerta y valor. Y menos lobos.

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