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Lim dispara mascletá en Mestalla

Peter Lim ha tomado una decisión plausible. Peter Lim, el dueño, a la vista de sus errores parece que está rectificando. No le vemos la cara más que de Pascuas a Ramos o de uvas a peras, como prefieran. No se deja entrevistar por la prensa valenciana con lo que sus pensamientos son un arcano. Sin embargo, a pesar de la distancia, aunque vive en Singapur, parece que va tomando medida a la empresa que dirige en la distancia. Primero se distanció de Jorge Mendes, después le dio la boleta a Nuno Espíritu y finalmente, inesperadamente, con las fallas aún ardiendo, ha soltado la mascletá más gloriosa que se podía esperar en el valencianismo. Le ha dado a Gary Neville la salida que merecía y en Mestalla hay un pequeño soplo de optimismo. Pako Ayestrarán tendrá la responsabilidad de salvar los muebles. Presumiblemente será motivo suficiente para que, aun tarde, le demos nuevo compost de espera a Peter Lim.

El dueño tarda en reaccionar y ello es lo peor de sus gestión. No ha sabido percatarse de lo que es un club de fútbol, que, aunque sociedad anónima, no responde a las características de las empresas que maneja el señor Lim. Ya que se está aproximando al fondo de la cuestión bueno sería que acabara aterrizando en Manises para comenzar a ver de cerca el asunto en el que le metió el inefable Amadeo Salvo con la anuencia del no menos inefable Aurelio Martínez. Dos para la peana.

Neville ha sido el mayor fracaso de la historia del Valencia. Nunca jamás un entrenador había cometido tantos errores seguidos. Se va sin saber todavía qué equipo tenía que manejar. Se marcha sin haber creado un mínimo de orientación en el juego valencianista. Le han despedido sin que sepamos hasta dónde llegan sus conocimientos técnicos. Ha fracasado rotundamente y se le recordará como una especie de Atila, al que, afortunadamente, se le ha dado la boleta cuando todavía la hierba está para crecer.

Ahora llega la oportunidad de Ayestarán para que se le mantenga el crédito. Estamos en el momento de conceder confianza a Suso García Pitarch. Sería también la oportunidad para que a la hora de programar la próxima temporada Lim comenzara a prescindir de jugadores de medio pelo e hiciera efectiva parte de la doctrina que predicó cuando dijo que haría un Valencia para competir con los grandes de la Liga española. Que Suso siga pensando en buscar cesiones y jugadores sin contrato es política para reforzar a equipos de la media tabla. Ese no es el Valencia que prometió.

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