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Rajoy es artrópodo

Joaquín Reyes, que borda sus personajes y especialmente el de Esperancita, se frota las manos con Cospedal y su «un informe, es un informe» (del libro Tautologías de Albacete). Pero todos sabemos que la escueta prosa de la Guardia Civil incluye averiguaciones, datos e indicios que sólo se obtienen gracias a las prerrogativas del Cuerpo. O sea, que mejor no salir en el informe de la Benemérita ni siquiera como ciudadano ejemplar. Siempre lo pensé: que es muy difícil que la marquesa Aguirre siga limpia como una patena y pululen en su torno, comisionistas, fajos de billetes en tabique doble y Granados (Punica granatum).

Otrosí digo: ¿qué posibilidades tenía Francisco Camps de salir indemne como Nuestro Amado Líder (o sea, como Rey Sol) si le orbitaban planetas como Francisco Correa o Álvaro Pérez, El Bigotes? El vídeo de la boda de El Bigotes muestra abrazos, parabienes y lágrimas entre claros varones invitados, empezando por el contrayente: para no ser una boda gay, a la novia la tenían un tanto marginada y el novio vestía una corbata con los colores corporativos del negocio. Todo muy sacramental si se tiene en cuenta que entre una pareja de novios y otra de okupas, apenas hay diferencia: viven en pisos que no son suyos sino del banco, aunque El Bigotes desarrolló algunas formas de ingeniería que permitían pagarlo a mayor velocidad. Lloraban de alegría, sin duda.

Luego está Murcia. Yo tenía claro que no era posible que hubiera en Murcia semejante aglomeración de cargos, colaboradores y adjuntos del PP sin que se alcanzase la masa crítica y los núcleos (de amigos) empezaran a fisionarse. A aficionarse a afanar ¿Y qué dice de todo esto el señor Rajoy? Pues ahí lo tienen, sin Bárcenas (que abriga mucho), criando exoesqueleto como los centollos. En una situación así cualquiera clavaría las cabezas de los trapisondistas en una pica. Claro que se quedaría más solo aún y seguiría generando exoesqueleto. Rajoy tiene un meollo blandito, allá adentro, y va solidificando su entorno con palabrería y papel de barba, excusas y, sí, más tautologías. Artrópodo.

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