Las nuevas señales informativas instaladas por el Ayuntamiento de Valencia en el entorno del Mercado Central están rotuladas únicamente en valenciano. El delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, ha exigido que sean retiradas y sustituidas por otras que lo estén también en castellano. El representante del Gobierno invoca el artículo 57 de la Ley de Tráfico que establece que estas indicaciones deben estar en castellano o en castellano y valenciano. Por su parte, desde el consistorio defienden que no han hecho otra cosa que poner en marcha las medidas indicadas en el Reglamento de Uso y Normalización del Valenciano, cuyo objeto es «fomentar el uso normal y oficial del valenciano».

El reglamento municipal aprobado en 2005 apunta en su artículo 17 que «los rótulos de la vía pública destinados a informar a los transeúntes, cuya elaboración sea competencia municipal, serán redactados preferentemente en valenciano». Pero también establece „atendiendo a los documentos administrativos„ que «en los casos que sea oportuno, a pesar de que el valenciano sea la primera lengua, habrá traducción al castellano». El ayuntamiento espera ahora el informe de los servicios jurídicos antes de decidir cómo proceder.

La rotulación de la señalización vial en uno o dos idiomas ha sido motivo de controversia en todos aquellos territorios en los que conviven más de una lengua oficial. No debemos, sin embargo, convertirla en un conflicto lingüístico. Las señales de tráfico indican peligros y recomendaciones de seguridad que, ante todo, deben de ser comprensibles para el mayor número de personas posible. Debemos aplicar la Llei d´Ús y promocionar y velar por la normalización del valenciano, pero también es necesario tratar de conseguir la mayor seguridad posible, llegar al mayor número de ciudadanos y facilitar su comprensión a cuanta más gente, mejor. Porque con la seguridad, nada es excesivo y todo lo que se pueda hacer será poco.

Debemos aplaudir y respaldar la iniciativa del consistorio de cumplir por fin la ley e incluir el valenciano en todas aquellas señales o indicaciones que emanen de la Administración. No debemos, sin embargo, obviar lo que la ley dice: que han de estar rotuladas en ambos idiomas. No hay mayor defensa del valenciano que la de luchar por su normalización y, en este mismo sentido, no hay mayor normalización que su convivencia con el castellano. Después de muchos años en los que se ha relegado el uso de la lengua autóctona, ahora no podemos permitir que se cometa el mismo error apartando el castellano de su uso cooficial. Una cooficialidad y convivencia a extender a todo nuestro territorio, apostando por que convivan ambas lenguas en todos los espacios oficiales, contribuyendo a su fomento y normalización.

A esto se suma el apartado legal. Las autoridades ya han advertido sobre las consecuencias del vacío legal que generan unas señales rotuladas solo en valenciano. Abren la puerta a recurrir la invalidez de las sanciones impuestas, alegando el desconocimiento de la lengua. No es excusa, pero tampoco debemos propiciar ni fomentar una disfunción que parece fácilmente subsanable y que a primera vista es del todo razonable.

La normalización del valenciano es responsabilidad de todos. Cuidarlo, quererlo y fomentar su uso está entre los objetivos de Levante-EMV. Esto, sin embargo, no debe hacernos olvidar la importancia de que se cumpla el marco legal vigente. Si en Inglaterra los pasos de cebra están pintados con indicaciones para los turistas a fin de evitar atropellos, no debemos escatimar en rotular en nuestras dos lenguas aquellos carteles que, por referirse a temas de seguridad, son de especial importancia y sensibilidad.