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Julio Monreal

Bipartidismo reforzado

El Partido Popular ha ganado las elecciones y todos los demás han perdido, aunque en distintos grados. No es lo mismo caer derrotado por la mínima, como le ha pasado al socialista Pedro Sánchez, que estar abocado a la dimisión y la catástrofe, que es lo que le predecían las encuestas y los análisis. El revés sufrido por los del puño y la rosa resulta dulce al lado del batacazo de Unidos Podemos. La coalición morada salía a ganar a los populares dando por supuesto que superarían a los socialistas y se ha encontrado con la sorpresa de un millón de votos menos que en diciembre de 2015. Sumaron a la Izquierda Unida de Alberto Garzón para incrementar el apoyo y rebañar los restos de la aplicación de la ley d´Hont y han cosechado una mezcla de abstención (en un partido con el votante más fiel de todo el arco) y fuga hacia otras formaciones, principalmente al PSOE. Ya dijo Cayo Lara al ceder el testigo a Garzón que éste y no Pablo Iglesias era su candidato a la Moncloa.

Por lo que respecta a Ciudadanos, las previsiones se han cumplido y ha operado el voto útil que Mariano Rajoy ha venido reclamando, como en una OPA hostil, a las huestes de Albert Rivera durante la campaña electoral. Para votar a un partido españolista, mejor el original han pensado 400.000 electores que en diciembre eligieron el naranja.

Tras una campaña en la que los partidos llamados tradicionales, el PP y el PSOE, han apelado al miedo, a la seguridad que inspiran frente a aventuras dirigidas por inexpertos o por populistas a la venezolana, el mensaje ha acabado calando y, por si no había ya bastante, el «Brexit» cayó como una losa sobre los indecisos. Tras el portazo de los británicos a la Unión Europea, los cielos se abrieron, la luna se tiñó de un intenso rojo sangre y muchos votantes debieron pensar que España se iba a convertir en la Grecia de Tsipras, por lo que han corrido al abrigo de la gaviota y el rosal. Ahora, Rajoy (137 escaños) tiene a tiro seguir en la Moncloa con el apoyo de Ciudadanos (32), el PNV (5) y Coalición Canaria (1). Mejor que en diciembre. Mientras, Pedro Sánchez reprocha a Pablo Iglesias no haber aceptado su oferta de gobierno.

Quien está que no cabe de gozo es Isabel Bonig. La líder del PP valenciano ha visto incrementado el apoyo a su partido en dos diputados, más del 4 % de los votos y 80.000 sufragios desde diciembre. Sus resultados extrapolados a unas autonómicas le permitirían presidir la Generalitat con el apoyo de Ciudadanos y resultan especialmente favorables en Valencia ciudad, donde a pesar de tener el partido imputado y a sus concejales investigados por blanqueo pasan de 145.548 votos a 159.079.

Tampoco le ha ido mal del todo a los socialistas de Ximo Puig, que vuelven a superar el 20 % y ganan 6.000 sufragios. A la valenciana, por su parte, aspiraba a igualar al PP pero la misma mezcla de abstención y fuga que ha sufrido Unidos Podemos en el resto de España les ha arrebatado 18.000 votos cuando debían ganar al menos los 112.000 que EU cosechó en diciembre. Mónica Oltra no puede estar contenta con la ampliación de la coalición por la que tanto ha apostado. Como Iglesias, se creyó ganadora antes de jugar el partid0.

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