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Javier Cuervo

Lo que importa

En el periodismo se distingue lo que importa de lo que interesa. Parecen sinónimos hasta que los llevas a los adjetivos importante e interesante. Es importante el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) que la Comisión Europea negocia con Estados Unidos y que va a afectar a nuestra vida. Es interesante Juego de tronos. Importa el Brexit, interesa Cristina Pedroche. El periodismo tiene que interesar. Cada vez más. Si considera que el periodismo se dedica más a lo interesante que a lo importante sepa que es porque hacer interesante lo importante es más caro y esforzado y tiene en contra importantes intereses. Por eso en los medios se da importancia a lo interesante, que tiene mejor acogida, es más barato y da menos problemas.

La corrupción no es electoralmente importante. Lo confirma la victoria reforzada de Mariano Rajoy, máximo dirigente del partido más corrupto de España. Antes de su gobierno, hubo mucho corrupción y desde que gobierna le han granizado casos que no han logrado alterar esa impavidez suya que tiene de malo que no le ruborizan y de bueno que ha dejado hacer a jueces y a periodistas sin rechistar.

La corrupción interesa mucho -aunque sea para aprender- pero no importa tanto a los españoles como para no elegir a un presidente del gobierno rodeado de gusanos que cobraba sobresueldos dentro de cajas de puros. No importa al menos a los votantes de derecha. Albert Rivera se identificó como el centro inmaculado que se diferencia del PP en que no tolera la corrupción y, por tanto, no puede negociar con el presidente que la encarna (aunque no la represente) y su esfuerzo fue premiado con el castigo de los votantes que ayudaron a la subida de Rajoy. A la corrupción le quedan los periódicos y los juzgados, donde interesa e importa, pero en las urnas si interés e importancia son limitadas.

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