El pasado 29 de junio se llevó a cabo en el Ateneu Mercantil, el segundo encuentro del Claustre Obert, ciclo organizado por la Universitat de València y LEVANTE-EMV. Académicos, políticos, periodistas y ciudadanos abordaron preguntas clave sobre los resultados de las elecciones del 26J: ¿Por qué el PP pudo ganar 600.000 votos en relación con las elecciones del 20D, y el PSOE perder 200.000, Ciudadanos 400.000 y Unidos Podemos, la coalición de IU y Podemos, más de un millón de los sacados por separado seis meses antes? ¿A dónde se fueron los votos fugados? ¿Qué alianzas políticas permitirían conformar un gobierno de centro derecha o de centro izquierda -el multipartidismo se ha instalado en la política española y hay señales de que será para rato- y evitar unas terceras elecciones?

Además del detallado análisis cuantitativo de los resultados en la Comunitat Valenciana, que hizo el catedrático José Manuel Pavía; entre las intervenciones cualitativas destacó, por su rudeza crítica, la del catedrático Joan Romero. En esta nota me permito compartir la reflexión propositiva, dirigida a los partidos de centro izquierda, que se planteó en el debate:

En febrero de 2016, hacia la investidura de Pedro Sánchez (que resultó fallida por los votos en contra del PP, IU y Podemos), el PSOE y Ciudadanos firmaron un acuerdo para un gobierno reformista y de progreso, con 200 medidas relacionadas con siete grandes objetivos: Impulso a un nuevo modelo de crecimiento; plan de empleo estable y de calidad; pacto social y político en Educación, Ciencia y Cultura; reducción de desigualdades sociales; reformas del sistema democrático; papel de España en la UE y reforma constitucional. Y en mayo, hacia las elecciones del 26J, Unidos Podemos presentó 50 pasos para gobernar juntos y cambiar España, relacionados con cinco grandes apartados: Democracia económica; social; política; ambiental, y europea e internacional.

Una lectura atenta de las/os 250 medidas/pasos permite detectar que hay más de 20 puntos en común entre PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos que, a diferencia de lo que dijo el profesor Romero en el Ateneu, recogen, con mayor o menor énfasis o precisión, los temas fundamentales en la España de hoy: Emergencia social, regeneración democrática, modelo productivo y energético y reforma constitucional.

Esta constatación plantea dos alternativas claras que no quiere decir fáciles: Intentar la formación de un gobierno de centro izquierda, a partir de contactos a iniciar de inmediato; o, si esto se confirma como imposible, abstenerse en la investidura del candidato o candidata que proponga el PP, en una fórmula contraria a la implementada por la CUP en Catalunya y a la proclamada por Fernández Vara, el barón socialista de Extremadura; aquello de una mínima abstención a última hora...

Se trata de ofrecer públicamente una máxima y conjunta abstención a primera hora, o sea, a la mayor brevedad, con 10 puntos mínimos (que podrían ser 5 o 20) como condición para la misma, con lo cual se evitarían terceras elecciones y se permitiría un gobierno condicionado democráticamente. Si en 1996, el PP de José María Aznar hizo importantes concesiones al CIU de Jordi Pujol (además de eliminar el servicio militar obligatorio o hablar catalán en privado) para contar con su apoyo en la investidura ¿Por qué PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos no pueden abstenerse en 2016, en un ejercicio de coherencia, responsabilidad y transparencia?