Bueno, ya ha pasado la resaca electoral y ¿ahora qué? Si hacemos un breve análisis electoral podemos concluir que el PP ha mejorado sus resultados, aunque muy lejos de los apoyos de comicios no muy lejanos. Ha recuperado abstención propia y voto prestado a Ciudadanos, le ha funcionado el voto del miedo.

El PSOE ha evitado el sorpasso, pero con el peor resultado de su historia. También Ciudadanos ha visto reducida su representación. En el caso de Unidos-Podemos y las confluencias han perdido más de un millón de votos, aunque han mantenido los escaños, elemento muy singular. El multipartidismo se escora hacia un cierto repunte del bipartidismo. Algún análisis simplista recordará aquello de «en política dos más dos no hacen cuatro». Si bien en matemáticas 3+1 es igual a 4, por otro lado también (3 - 1,5) + 1 es igual a 3'5. Dicho de otro modo, en política a veces se suma, a veces se resta y, en ocasiones se multiplican los resultados.

Pero no cabe buscar el problema en uno solo de los sumandos. El problema no ha estado en la confluencia con IU o con EUPV, de hecho la inmensa mayoría de los que en comicios anteriores optaban por IU y EUPV, en esta ocasión, han votado a la coalición UP y A la Valenciana, lo que ha ayudado a paliar la pérdida de apoyos que mostraban las tendencias en las encuestas anteriores a la firma del acuerdo.

Cabe constatar que opciones territoriales como En Marea o En Comú Podem, que no añadían nada diferente al 20D también han perdido decenas de miles de electores; por tanto, la causa de la bajada general no hay que achacársela ni siquiera de forma preeminente a la suma con IU o EUPV, sino a otros factores, entre los que cabe destacar la campaña del miedo arbitrada por el PP, el desencanto producido por las fallidas negociaciones para conformar un gobierno progresista€ en definitiva a un cierto desplome de Podemos, que ha mantenido resultados en escaños gracias al aporte de de IU, que, sin embargo, no se ha visto reflejado en un número proporcional de parlamentarios de IU en el grupo de los 71.

El PP ha ganado los comicios; pero con una mayoría insuficiente para gobernar. Por lo que parece, Mariano Rajoy solo podría ser presidente con el apoyo d C's, PNV y Nueva Canarias o con la abstención del PSOE, abstención difícil de compaginar con la llamada de Pedro Sánchez a convertir al PSOE en el partido hegemónico de la izquierda. No obstante, si el PP fracasa aún sería posible un gobierno de cambio en España. Estamos en una democracia parlamentaria y es proclamado presidente aquel que más votos obtiene en la sesión de investidura. Estoy convencido de la conveniencia de hacer un gobierno que acabe con la corrupción, con el ataque a los derechos humanos; que gobierne a favor de las personas, de la igualdad, de los derechos sociales, la educación y la sanidad pública; que derogue las reformas laborales y recupere la capacidad negociadora de los sindicatos; que modifique los mecanismos de financiación autonómica, tan lesivos para el PV y derogue la reforma de Ley de Régimen Local que bloquea la gestión de los ayuntamientos; que apueste por la sostenibilidad y por un nuevo paradigma económico€

Pero esto solo será posible si PNV, CC y el PSOE deciden no facilitar la investidura del Sr. Rajoy. El día 19 de julio se constituyen las Cortes Generales y será el momento de conformar los grupos parlamentarios. Desde EUPV seremos leales con nuestros compromisos y firmaremos la creación de un grupo valenciano. Si eso no fuera aprobado por la Mesa del Congreso instaremos a recurrir a las instancias judiciales competentes. En todo caso, siempre se puede organizar el nuevo grupo de Podemos con el reconocimiento explícito de subgrupos territoriales y/o ideológicos con portavoces reconocidos y reconocibles de los diferentes componentes. No parece razonable que se invisibilicen formaciones políticas que tienen vocación de confluir, pero no de desaparecer como referentes ante la ciudadanía.

La pluralidad es un valor, no un problema. Todos afirmaron que el acuerdo electoral implicaba el respeto a la pluralidad de los diversos componentes de la coalición. Por tanto, muchos afiliados y afiliadas a IU y a EUPV creemos que la confluencia era necesaria ahora y en el futuro; que gracias a ella los resultados no han sido peores. Pero en estos momentos hace falta que Alberto Garzón, diputado y coordinador general de IU, aúne a todos y todas las diputadas que pertenecen a IU para constituir un subgrupo reconocible y reconocido, del que él debe ser el portavoz, negociando el estatus de portavoz adjunto de Unidos Podemos.

Es evidente que la unidad popular y la confluencia constituyen una hoja de ruta que nos debe hacer trabajar conjuntamente en los espacios de la cultura, la movilización y las luchas sociales, pero es necesario respetar también una organización que muchos queremos que se mantenga como referente político e insustituible de las propuestas de izquierdas. Resumiendo, algunos creemos que hay que decir bien claro: sí a la confluencia, sí a la visibilidad de sus componentes.