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En El Palmar sin Vicente Ramírez

Por vuestro influjo sin par/ esta isla toda entera/ pesca abundante ella espera/ que afiance su pasar/ en Vos ella ha confiado/ sed, pues, Vos, su salvador», cantan los Gozos que en su honor vienen cantando los de El Palmar desde tiempo inmemorial.

La tradición de la procesión del Santísimo Cristo de la Salud por la Albufera nació en 1974 a raíz de la visita de la imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados a la población, la que decidieron llevar a bordo de una albuferenca sobre las aguas del lago para que las bendijera.

«Si fuimos capaces de llevar a Ella en procesión, por qué no a nuestro Cristo»,pensaron y decidieron. Cargada de simbolismo y devoción, resultó una procesión pictórica, mediática, con sus pinceladas de tornasoles al atardecer, cuando la venerada imagen preside desde el «lluent» todo el lago.

Escoltada por otra barcaza con la banda de música y precedida de multitud de barcas que vienen desde todos los puertos ribereños de la Albufera, el Cristo de la Salud enfila el canal del desembarcadero majestuoso, yendo en su nave, el clero, acólitos y clavarios.

Los párrocos predican de fe y ecología, de cuidar el lago, piden agua abundante y más limpia limpia para alimentarlo, agua que escasea por falta de desembalses administrativos y no llega en estado deseable de oxígeno.

Ha sido la preocupación de siempre de los pescadores de El Palmar. Pesca abundante que afiance su pasar le cantan a su Cristo en los antiquísimos Gozos, referencia a que antaño vivían casi exclusivamente de la pesca. El único sustento serio de la isla, a la que accedían desde el Saler y poblaciones vecinas, a donde iban a trabajar y pescar para retornar al fin del día.

Con el avance de los medios de salud se pudo luchar mejor contra las fiebres, las epidemias y demás males históricos, lo que animó a los lugareños a levantar casas en la explanada de su puerto, casas diminutas, sencillas, de pescadores que las alzaban bien en la ribera o en los canales que conducían al lago, teniendo la barca atracada en la puerta de cada una de las barracas.

Delicioso lugar, El Palmar ha devenido turístico, gastronómico, especializado en arroces y guisos de pescados de la Albufera y de caza y de señorío. Godoy, además de Duque de Sueca, fue Señor de la Albufera, y el mariscal francés Suchet se coronó Duque de la Albufera durante la Guerra de la Independencia. No ha habido rey de España que se preciara que no viniese a cazar al reino del Cristo de la Salud, al que tanto se aclamaron en las más duras contrariedades epidemiológicas sus moradores..

El momento que más impresiona de la tarde del 4 de agosto es la llegada de la imagen al pueblo, tras su tranquilo procesionar por las serenísimas aguas del lago. En la plaza de la Iglesia el pueblo le canta el Himno, apiñado en su derredor, cargado de emociones. Un momento electrizante, que encoge el corazón. «El Palmar quiere cantarte, porque Tú eres su Luz,/ sol de nuestros ojos, salud del corazón,/ espejo de nuestro lago y barro de nuestra unión./»

Faltará este año uno de sus grandes promotores e impulsores, el cantante Vicente Ramírez, con sus dos grandes barcazas siempre repletas de gente. Se nos fue a festejar a su pictórico y mediático Cristo a los cielos

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