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Las cinco W de las Campos

El entretenimiento del mes de agosto está siendo un calvario para el que no encuentre otra actividad mejor que encarase a la televisión erial existente. Hubo una época en la que reinaba el presupuesto y se realizaban programas a lo grande, con pueblos que competían en un inmenso plató y galas de varietés grabadas muy cerca del mar. De eso ya no queda nada, porque la crisis, creativa y económica, hace que las cadenas apuesten por la ficción y como mucho, que es poco, por un descafeinado show con cinco presentadoras desincronizadas. La sequía generalista es tan grande que salvando alguna ficción, lo más estimulante que he encontrado es una promoción de 22 segundos para la temporada que viene, en la que intuir lo que será un programa que por naturaleza televisiva tenía que ocurrir sí o sí.

La Campos están a la vuelta a la esquina en lo que promete ser una versión de las Kardashian, pero en versión las Rozas y con acento malagueño. Queda demostrada desde hace varios lustros la solvencia comunicativa de madre e hija, siendo la primera una maestra del medio, pero para estar con Vasille hace falta más. Cruzar la profesionalidad para otorgar a la cadena y espectador parte de tu intimidad. Es una evolución natural para muchos rostros de la cadena amiga y en este caso lo que iba a ser un chester, que se torció con la llegada de Bertín, ha mutado en algo mucho más interesante. El universo de las campos puede ofrecer mucho y contestar a las cinco W de las periodistas televisivas. Descubriremos los secretos del peso de ambas sabiendo cuándo comen, qué alimentos ingieren y cómo lo hacen. El dónde nos enseñará esos rincones de sus lujosos hogares en los que pueden caer muchas migas y como plato fuerte el quién€ Esas personas con las que comparten sus vidas, con un protagonista, Bigote Arrocet corriendo por la casa y haciendo monadas que prometen ponerme muy nervioso. Para completar este informe haría falta un porqué para el cual debo confesar, no tengo respuesta€

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