La ola de incendios que estamos sufriendo este verano confirma desgraciadamente las predicciones que los técnicos reunidos en la Plataforma Forestal Valenciana vienen manifestando a nuestros decisores políticos. El máximo objetivo de todos los que nos sentimos profundamente ecologistas es la conservación y la persistencia de nuestros ecosistemas, sus hábitats y sus especies. Desde hace 300 años, la ciencia forestal ha dedicado todos sus esfuerzos a esta máxima, en base al criterio de sostenibilidad en la gestión y conservación de los ecosistemas forestales.

Según el reciente informe de WWF Dónde arden nuestros bosques, la Comunitat Valenciana es la zona más vulnerable y en mayor riesgo de sufrir grandes incendios forestales (GIF) como los de este año en Artana, Carcaixent o Bolbaite, siendo cada vez más ingobernables. En boca de la organización conservacionista más reconocida del mundo, «todos los expertos coinciden que debido al abandono del aprovechamiento de madera y leñas durante décadas y al proceso de cambio climático, no se va a poder reducir la superficie afectada en incendios, por lo que no basta con medidas de extinción, sino que resulta clave prevenir mediante aclareos de masas forestales superdensificadas y sin discontinuidad en el paisaje». En este sentido, WWF alerta que en la Comunitat Valenciana no se han identificado las zonas de alto riesgo siguiendo el mandato de la Ley de Montes de 2003. Nuestra consellería simplemente se ha «limitado a identificar la totalidad del territorio forestal como zona vulnerable, sin priorizar en zonas de más o menos riesgo».

Además, Greenpeace destaca en su informe El verano que no queremos que ocurra los seis ingredientes que se dan en nuestro territorio para los GIF: pervivencia en las causas, fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático, continuidad en la masa y en interfaz urbano-forestal, abandono de la actividad agroforestal, falta de gestión forestal preventiva y recortes en los servicios forestales. Según Greenpeace, «el verdadero peligro son los GIF incontrolables debido al cóctel formado por acumulación y continuidad del combustible, abandono rural y cambio climático», demandando «una gestión forestal más activa a través de aprovechamiento sostenible de biomasa para uso energético, ganadería extensiva, etcétera». La gestión y los trabajos forestales son el camino para conseguir «ecosistemas forestales y paisajes más resilientes al fuego y al escenario de cambio climático».

A pesar de los GIF sufridos, las declaraciones de los altos cargos de la consellería, así como los primeros borradores de normativa al efecto (estrategias de prevención de incendios, instrucciones de gestión forestal y planes de desarrollo rural) que se han presentado recientemente a la Mesa Forestal denotan una falta de conocimiento científico y técnico y, lo que es peor, ahondan en una visión puramente urbanita y contemplativa de la conservación, repitiendo los errores del pasado, sin contar con la participación activa de la población rural. La Plataforma Forestal Valenciana, en representación de la sociedad civil y los expertos en ciencia forestal, pero también las más importantes ONGs conservacionistas y ecologistas alertan de la necesidad de un cambio de rumbo en las políticas forestales en nuestro territorio, huyendo de postulados anclados en visiones pasadas y adaptando la gestión y conservación de los ecosistemas forestales a las necesidades del siglo XXI. Para ello, aunque de momento muestren reticencias, nuestros gobernantes siempre podrán contar con nuestro apoyo, con independencia de su color político.