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Hartos ya de estar hartos

La semana pasada, el Presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, hacía unas declaraciones donde decía que los españoles estamos hartos del señor Rajoy, del señor Sánchez, del señor Iglesias y del señor Rivera. Que España tiene un cabreo monumental, que los españoles hemos llegado al límite y que estamos hartos ya de estar hartos.

Tengo que decirles que siempre me gustó don Guillermo. Es de esos socialistas que dice lo que piensa, sin que le importe si lo que dice es políticamente correcto o no. Y es que, pudiendo estar de acuerdo o no con lo que una persona manifiesta, es muy reconfortante y muy de agradecer escuchar el pensamiento sincero de alguien. Vivimos en una sociedad donde la hipocresía, el miedo, la apariencia y el querer quedar bien es lo que se lleva, cuando la sinceridad debiera de ser una de las virtudes más apreciadas. Por eso mi agradecimiento al señor Fernández Vara, quien no hizo otra cosa que expresar lo que la gran mayoría de españoles opinamos; con independencia del pensamiento político que se tenga.

¿Pero es tan difícil cotejar la opinión de los ciudadanos? Lo que queremos la mayoría de los españoles es un pacto que garantice un Gobierno estable, y lo queremos cuanto antes. Se necesita un nuevo Presupuesto antes del 15 de octubre. La Unión Europea ya nos está avisando que, sin un nuevo Presupuesto, la broma nos podría costar 6.100 millones de euros, pues es necesario tomar medidas urgentes para reducir el déficit público. Por otra parte, lo ocurrido con los independentistas catalanes hace que no se pueda contar con ellos para un pacto de Gobierno. Por lo que urge que el PP, el PSOE y Ciudadanos, de una u otra manera, se dejen de posturas absurdas y lleguen a un acuerdo.

El Partido Popular tiene que hacer un ofrecimiento creíble. No puede pedir que se unan a sus propuestas los demás como si de un contrato de adhesión se tratara. Cuando se quiere algo de alguien hay que atraer y convencer. Y, de momento, resulta poco atractivo.

Ciudadanos no puede tan solo abstenerse pensando que con eso arriesga menos. Los españoles que le votaron le han dicho que debe ser un partido para completar mayorías y para moderar al PP y al PSOE, regenerando la vida política española. Por lo que debiera votar que sí.

El Partido Socialista tendría que abstenerse para facilitar esa gobernabilidad tan necesaria en estos momentos. Es verdad que se requiere que esté en la oposición, de lo contrario solo estaría en ella Podemos, y eso no sería bueno para España. Pero no debe aparecer como el partido del no, el partido del bloqueo, pues eso llevaría al PSOE al suicidio político. Es imposible que pueda hacer una buena oposición sin que primero facilite un nuevo Gobierno.

Hay que llegar a un acuerdo para formar Gobierno y hay que hacerlo ya. Pero no será suficiente. Para llevar a cabo la sostenibilidad del Estado del bienestar habrá que llegar a muchos más acuerdos. Se debe hablar del Presupuesto, pensiones, de la Administración, de la regeneración de la vida pública, de la educación, de la reducción del gasto público, etc. Temas fundamentales que requieren el consenso de una amplia mayoría.

El hartazgo de la sociedad no permite estirar más la situación. Los partidos políticos deben articular y representar los intereses de la población, tienen que ser los intermediarios entre la sociedad civil y el sistema político, y en estos momentos ni lo están haciendo ni lo están siendo.

La mayoría de los ciudadanos queremos que se ponga fin al bloqueo institucional actual. Pero este interés no está encontrando reflejo en las actitudes de los diferentes partidos políticos. Cada día que pasa sin acuerdo, crece la inclinación antipolítica de la sociedad española. La situación actual ya no da para más. Es preciso que tanto el Partido Popular, como el Partido Socialista y Ciudadanos acepten los papeles que los españoles les hemos dado a cada uno de ellos y otorguen a España el Gobierno que nuestro querido país merece.

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