Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Mare de Déu dormida

En totes les viles grans que Deu ens fes guanyar als sarrains haviem edificada una esglesia de Sancta Maria», cuenta el propio Jaime I en su Crónica. Se le atribuye la fundación de «más de dos mil iglesias, monasterios y hospitales. Supo recompensar los servicios prestados a la civilización y a la humanidad doliente por las órdenes monásticas?» relata C. H. de Tourtoulon en la biografía del monarca aragonés, gran devoto de la advocación Dormición de María, Tránsito de la Virgen o su Asunción. Impuso en Els Furs una fiesta en su honor día de precepto obligatorio «minyant agost».

Consecuencia de este impulso inicial jaimino devendrían realidades monumentales como el Monasterio de Santa María de la Valldigna, la Colegiata de Santa María de Gandía, la Iglesia de Santa María de Morella, la Iglesia de Santa María de Requena, el Monasterio de Santa María de Benifassà, el Monasterio de Santa María de El Puig, la Iglesia de Santa María de Utiel, el Monasterio de Santa María de Porta Coeli, la Iglesia de Santa María de Ayora, Iglesia de Santa María de Valencia (la Catedral), y, en general, las iglesias que en los pueblos valencianos están advocadas a la Asunción de Nuestra Señora, de manera que cuando en una ciudad o pueblo hay varias Iglesias se sabe que la más antigua es la referida a este misterio mariano de la fe de la Iglesia Católica que defiende que la Virgen entró en cuerpo y alma en los Cielos al final de su vida terrenal.

En un bello tratado histórico-teológico, creo que insuperable, sobre la Asunción de la Virgen, Miguel Ángel Catalá Gorgues dedica un interesante capítulo a esta singular devoción mariana valenciana, que echa raíces en tiempos de la conquista jaimina. El rey aragonés mezquita que conquistaba la cristianizaba y dedicaba a Santa María en su acepción de la Asunción. Por esta razón, la Virgen con este nombre está extraordinariamente presente en la tradición religiosa del pueblo valenciano.

«Antiquísima es desde luego la costumbre de exponer las parroquias y monasterios el día 15, y durante los días de su octava, una imagen de María yacente -la Verge dormideta como se le llama en muchos pueblos valencianos- ligeramente inclinada hacia los pies al efecto de que pudiera contemplarse mejor por los fieles, con los brazos cruzados sobre el cuerpo, como dormida, coronada y vestida con túnica, capa guarnecida de armiño y calzada con juegos de chapines de tisú en el color del tiempo litúrgico? descansando sobre ricas camas,? sin que faltara el simbólico creciente lunar de plata a los pies con el anagrama de María».

Típico en las fiestas valencianas dedicadas a la Virgen de la Asunción, popularmente conocida como Mare de Déu d Agost, es la presencia de albahacas, alfàbegues, en torno a su imagen. Esta planta, originaria de la India e Irak, donde es considerada como sagrada, produce un aroma muy peculiar. De ella se cuenta que creció alrededor de la tumba de Cristo después de su resurrección. A nosotros nos llegó desde Grecia a través de la cultura greco-mediterránea, como el denominar a la Virgen Mare de Déu.

Les alfàbegues, alrededor de la Mare de Déu dormida, han servido siempre para perfumar su imagen, su capilla, a la manera como lo hace la Iglesia Ortodoxa griega, por su aroma relajante y ahuyenta los mosquitos. Como medicina, ayuda a aliviar la fatiga mental, es digestiva, calmante en casos de cólicos o dolor de estómago, y ayuda a cicatrizar heridas.

Compartir el artículo

stats