Los Juegos Olímpicos terminaban y al día siguiente las aguas volvían a su cauce, es decir, a Telecinco liderando mañana, tarde y noche. En el prime time, la cadena amiga venció a las variopintas películas norteamericanas de las rivales con la penúltima emisión de Hable con ellas, que rescataba a Bárbara Rey de sus tranquilos días en Marbella solo alterados por su guerra con Hacienda, explicada con bastante más detalle que sus relaciones sentimentales. Le pedían los nombres de sus amantes y ella sonreía quizás pensando: Me los van a sacar estas ahora, jaja.
Lo que tampoco pudo hacer Ximo Rovira al quedarse dispuesta y maquillada en los pasillos de Canal 9 sin poder entrar en el plató de Tómbola. Llamó entonces a Levante-EMV, único diario valenciano que contó el fulminante veto «desde las altas esferas». Poco más, porque algo en el tono de una Bárbara de vuelta de todo hizo llorar a la flojita Alba Carrillo y pasaron a jugar a la botella para darse un piquitos en un ambiente plagado de referencias sexuales que remató la presencia de Chelo García Cortés, amiga y algo más de la vedette de Totana.
Con todo, la primera cuestión de la noche se centró en el gran asunto que sacude a Mediaset desde el pasado jueves: ¿Te gustó Las Campos? Y no, no le gustó porque ni había visto lo de documental ni lo de reality. Desde luego, lo de docureality se le queda grande al invento que estira hasta lo insoportable los entresijos en la previa y en el debate posterior, en el que Mª Teresa se enfadó mucho cuando preguntaron a las hijas qué había de cierto en que hubieran dicho que Bigote Arrocet estaba con ella por dinero. Ahí saltó: «Una cosa es enseñar mi casa y la piscina y otra, determinadas cosas de mi intimidad». Sospecho que los que esperan ansiosamente el segundo y último capítulo de mañana para saber más de la veterana presentadora tendrán que conformarse con más Terelu. Por mi parte, aprovecharé para acabarme Stranger Things, muchísimo más entretenida, aunque menos terrorífica.
