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Alcácer, coartada de Lim para la venta

A Paco Alcácer lo han vendido deportiva y moralmente. Deportivamente, porque le han cambiado el futuro. Moralmente, porque le han hecho aparecer como traidor a la causa, al obligarle a decir públicamente que se quería ir al Barça. Los falsarios que dirigen hoy al Valencia tenían previsto el traspaso porque han puesto el club en almoneda. El acuerdo con Josep María Bartomeu, presidente del Barcelona, estaba sellado por Lim. Desde que el dúo Lim-Mendes llegó a Mestalla su gran obsesión ha sido vender para hacer caja. Los errores cometidos con contratos tan desorbitados como los de Negredo, Rodrigo, Cancelo y compañía «dos grandes expresos europeos», han servido para simular deseos de grandeza y a compensar con ventas. Alcácer ha cubierto las espaldas a Layhoon y García Pitarch, dos mandados, que afirmaron que no había venta. Algunos turiferarios se suman al coro de quienes para apoyar la gestión de Lim y compañía, afirman que quien no quiera estar en el Valencia debe salir. Es una actitud prepotente creer que solamente los estúpidos pueden desear salir o no llegar a Mestalla. Habría que preguntarse si de veras no creen que el club actual ofrece tan pocas expectativas que ha dejado de ser lugar en el que encontrar cobijo y gloria. Mestalla ya no es tierra de promisión.

Los futbolistas que no desean pertenecer al Valencia lo hacen pensando en el verdadero futuro. Ya no es club deseable. Ya ni siquiera se espera que pueda apostar por grandes empresas. Lo que ofrece Lim es ampliar sus negocios y no es impensable que como comerciante pueda comprar y vender empresas con el deseo de obtener réditos. Hasta la fecha, nada de lo prometido ha cumplido. No ha hecho un equipo para aspirar a Europa, no ha tocado una piedra del nuevo estadio, la economía es cada vez más endeble y de ahí que esté obligado a no superar la barrera del fair play financiero porque las cuentas del club son de Segunda División.

Lim prometió el oro y el moro y, afortunadamente, no puede vender el Micalet porque su pudiera lo haría. Juan Sol puede recordar que en Las Rozas, en un homenaje que la Federación dedicó a viejos internacionales le apunté que la compra de Lim sería un fracaso. Fundamentalmente, porque no era tan rico como se vendió y llegar como el maná a Valencia era poner algún riesgo en su economía personal.

Lim ha jugado a tener posición en Europa y por razones desconocidas ni siquiera está, que se sepa, manejando grandes operaciones financieras. En el fútbol no es, aunque los ingenuos miembros de la Fundación, manipulados por el tal Salvo y con la anuencia de don Aurelio, un caballo blanco como lo fue Abrahmovic en el Chelsea o el jeque árabe en el París Saint Germain.

Ni siquiera es el ciudadano chino que ha adquirido el Espanyol. Puestos a las comparaciones, tampoco es Wanda Jianlin, al que Salvo despreció, y ha puesto 40 millones de euros en el Atlético de Madrid y no manda en el club. Lim está más en la línea de profetas como Piterman. Ni el jeque del Málaga. El Valencia cayó en manos de un empresario que ha hecho de Mestalla una «botigueta». Más claro aún, un chiringuito financiero con su socio Mendes. Desgraciadamente, las ventas no parece que hayan finalizado. Las compras han sido inadecuadas para quien según Lim iba a competir con Madrid y Barça. Nani es jugador que va cuesta abajo aunque en la Eurocopa se haya revitalizado. Pero de cualquier manera es una operación más de Mendes. El Valencia sirve para los manejos del representante portugués, socio de Lim. Posdata. La gestión económica de Lim es tan pródiga que ni siquiera logra millones en publicidad para la camiseta.

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