Cuando la modernidad en Valencia era una entelequia, Tomás Llorens ideó el Equipo Crónica, una propuesta homologable entre las tendencias de su época. Ha pasado más de medio siglo y los obras de Manolo Valdés y Rafa Solbes siguen frescas. El tercer artista cofundador, Joan Antoni Toledo, se desvinculó pronto. Así que Llorens, Valdés y Solbes marcaron el arte valenciano del último tercio del siglo pasado, cuando conoció su máximo esplendor. Hasta la muerte de Solbes, el colectivo canalizó primero los mensajes antifranquistas, luego fue el altavoz de las reivindicaciones sociales y terminó en manos del Pop Art. Una evolución lógica, por otra parte, pues el gran dominio de diversas técnicas y su gran formato, junto con la adquisición de sus obras por parte de las primeras instituciones en manos de la izquierda, los hizo artistas del nuevo régimen. De sus iniciales series «Guernica 69» o «Policía y cultura» a sus últimas «El circo» y «Lo público y lo privado» hay el mismo camino seguido por toda una generación política, artística y cívica.
Tomas Llorens cuenta que el origen del Crónica está en el movimiento de Estampa Popular, que había aparecido en Madrid en 1959 encabezado por Pepe Ortega, que a finales de 1963 contactó en París con Solbes, José María Gorris y el propio Llorens, y donde se implicaron Vicente Aguilera Cerni, Anzo y Monjalés. Lo mejor del momento en la Valencia interior y exterior. La exposición de la Fundación Bancaixa revive toda aquella época. Pero el buen arte sobrevive a su tiempo, y el Crónica es nuestra primera muestra de modernidad colectiva.
