Con unos mares cada vez más llenos de residuos plásticos, los investigadores se están centrando en sintetizar plásticos biodegradables. Así, el equipo ha logrado el primer material bioplástico a partir del excedente de suero de leche procedente de la elaboración del queso. En concreto, se trata de Polihidroxibutirato (PHB), obtenido mediante un bioproceso fermentativo del suero de leche, un subproducto procedente de la industria quesera.

El proyecto europeo WHEYPACK tiene como objetivo dar respuesta a una de las preocupaciones actuales del sector lácteo: qué hacer con los excedentes de suero derivados de la elaboración del queso. De este modo, este proyecto de economía circular promueve que el propio generador del residuo, la industria quesera, pueda conseguir un beneficio mediante la valorización de este subproducto en un nuevo envase de PHB, adaptado además a las necesidades de sus productos.

El material PHB obtenido del suero excedente de la empresa Central Quesera Montesinos (España) podría sustituir al plástico tradicional en la fabricación de envases para productos lácteos, logrando así el principal objetivo del proyecto WHEYPACK LIFE: conseguir envases a partir de materiales 100 % biodegradables, que permitan un menor impacto medioambiental, que cumplan las funciones de protección del producto y que, además, sean viables económicamente. Este proyecto europeo, que tiene una duración de dos años y medio y está financiado por el programa LIFE, está liderado por AINIA centro tecnológico y cuenta con la participación de la empresa Central Quesera Montesinos (España), el centro tecnológico AIMPLAS (España) y la empresa de envases EMBALNOR.

El Polihidroxibutirato (PHB) es un biopolímero completamente biodegradable que se obtiene a partir de procesos de fermentación por microrganismos. La mayoría de los plásticos comerciales son polímeros sintéticos derivados de la petroquímica, y de muy difícil biodegradación, por lo que el uso de bioplásticos como el PHB, biodegradable y además procedente de fuentes renovables „«bio-based»„, supone un importante avance para conseguir envases más sostenibles, ya que necesitan menos recursos energéticos y agua para su fabricación.

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