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Brad Pitt, una estrella en la picota

La imagen del actor, dañada por las acusaciones que recibe tras separarse de Angelina Jolie

Como si de una película de terror se tratara, lo que empezó siendo una experiencia amarga para Brad Pitt tras quebrarse doce años de matrimonio con Angelina Jolie se está convirtiendo poco a poco en una pesadilla. El anuncio del divorcio que ponía fin a la presunta pareja perfecta de Hollywood se ha ido ensuciando y la prensa sensacionalista de Estados Unidos se ha arrojado sin piedad sobre el actor a partir de un presunto incidente que coloca a Pitt como protagonista de una desagradable escena con el mayor de sus hijos, Maddox. Un portal de chismorreos soltó la liebre de que la policía investigaba a la estrella por un presunto caso de abuso físico y verbal y se abrió la veda contra él. A Jolie también le está salpicando esta cacería pero no con tanta intensidad. Infidelidades, drogas, desequilibrios mentales, alcohol? Los mismos medios que se aprovechaban del tirón mediático de la glamurosa pareja aprovechan ahora su separación para lanzarse en tromba en busca de titulares escabrosos basados en suposiciones, informaciones sin contrastar o rumores sin fundamento como el que culpaba a la actriz francesa Marion Cotillard de ser la causante del divorcio tras mantener un romance con el actor en el rodaje de "Aliados".

La campaña de desprestigio no es nueva, como bien sabe un colega de Pitt, Johnny Depp. Azuzados por las acusaciones de su ex esposa, Amber Heard, de que la había maltratado, el famoso pirata del Caribe fue poco menos que colgado de los pulgares por algunos medios a pesar de que sus amigos salieron a defenderlo y algunas fuentes no dejaban en buen lugar a la actriz. La pareja llegó a un acuerdo amistoso, ella retiró los cargos y no hubo juicio. Hay quien sostiene que el daño a la imagen del actor fue irreparable y de ahí el fracaso estrepitoso de "Alicia a través del espejo". Lo cierto es que la película era bastante mala y aburrida así que habrá que esperar al estreno de la nueva entrega de los Piratas del Caribe para saber si tienen influencia en taquilla los tropiezos privados de un actor que antes del divorcio ya protagonizó diversos episodios poco edificantes de cara a una sociedad tan puritana en muchos aspectos como es la norteamericana.

Que se lo digan a Woody Allen, quien, a pesar de que ha seguido rodando sin problemas cada uno o dos años, sufre en cada estreno los ataques de quienes aún le siguen culpando de haberse casado con Soon-Yi Previn, hija adoptiva de Mia Farrow pero no de Allen, como equivocadamente se sigue afirmando en algunos medios. En 2014 se le acusó de abuso sexual a Dylan Farrow pero el juez decidió que los resultados no eran concluyentes y las acusaciones fueron calificadas de "infundadas".

En otros casos sí hay un desplome sin remedio de la imagen: el comediante Bill Cosby pasó de ser un actor adorado y venerado a un ser odiado y despreciado por las numerosas acusaciones de violación y abusos sexuales. El escándalo ha pillado a Cosby ya en el eclipse de su carrera, pero algunos de sus proyectos se han ido al garete.

La historia de Hollywood está llena de escándalos. En los años dorados, cuando aún no existían esos paisajes tan propicios para el lodazal informativo como son las redes sociales, los poderosos servicios de imagen de los grandes estudios lograban silenciar los más importantes, o, al menos, minimizar sus daños. Estrellas como Robert Mitchum, Errol Flynn, Ingrid Bergman (repudiada durante años por irse con Roberto Rossellini), Lana Turner lograron encauzar sus carreras pero otros, como el famoso cómico del cine mudo Roscoe Arbuckle, acusado de violar y provocar la muerte a una actriz, vio cómo su carrera era destruida tras sufrir uno de los primeros juicios-espectáculo de Hollywood. Salió absuelto y murió a los 46 años con el corazón hecho pedazos. Y, si bien es cierto que Hollywood puede ser muy cruel con sus estrellas más díscolas, no es menos verdad que a veces se muestra generosa con su regreso a lo que las mentes bien pensantes consideran la buena senda. La citada Bergman fue "perdonada" años después, y ahora mismo, tras una década en las listas negras, Mel Gibson parece que recupera el favor de la meca del cine que le repudió cuando sacó la lengua a pesar y soltó inconveniencias de todo tipo (sobre todo racistas) que sirvieron para crucificarle.

Visto lo visto hasta ahora, no parece que Pitt, con su tirón mediático y su poder como productor, vaya a sufrir consecuencias irreparables. Primero, porque las acusaciones que conocemos hasta el momento son muy endebles. Y, segundo, porque los mismos medios amarillistas que ahora arrojan fango sobre él saben que es un filón de oro y que una fotografía suya con cualquier mujer del planeta les garantiza muchas más portadas que el puntual deterioro de una estrella caída en desgracia.

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