Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Papel

Se publican actualmente bastantes libros que recopilan los epistolarios de gente famosa „de los de verdad„ y su proliferación denota el interés que despiertan. La suerte es que fueron cartas escritas sobre papel, esa materia que nos viene acompañando a través de los siglos, auxiliar asiduo en tantas ocasiones de la vida diaria y, como escribió el poeta Antonio Chocomeli, «espejo que retiene la fugitiva luz del pensamiento».

La semana pasada un buen reportaje de Paco Cerdá daba cuenta en estas páginas de Levante-EMV del congreso de la Asociación Internacional de Historiadores del Papel, que congregó a más de cien representantes de una docena de países. Su visita a Xàtiva, emporio de la manufactura papelera desde el siglo XIV, se extendió a Banyeres de Mariola, que no es la primera vez que acoge alguna jornada de este congreso en ediciones anteriores. Y es que Banyeres, la población alicantina en la raya con la provincia de Valencia, asentada en las estribaciones de la Sierra Mariola, fue a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX un importante foco de producción, centrada sobre todo en el papel de fumar, en aquellos «molinos» que aprovechaban la corriente inicial del Vinalopó. Eran edificaciones de gran aporte, con su esbelta chimenea, sus altas naves y pabellones anejos junto al umbroso lecho del río, semiocultos por verdes boscajes. De los muchos que existieron se conservan „algunos, restaurados; otros, en ruinas„ como testigos del pasado esplendor de una próspera industria exportadora, repetidamente premiada en certámenes internacionales.

Parece lógico que sea Banyeres la sede del Museo del Papel, único en la Comunitat Valenciana, que alberga y explica muy atractivamente tanto la evolución histórica como el proceso de fabricación, mostrando todos los aspectos y útiles empleados en la elaboración. La magnífica instalación, inaugurada en 1997, surgió esencialmente a impulso de Juan Castelló Mora, descendiente de industriales papeleros y auténtica alma de dicho museo. Castelló Mora, miembro de la antes mencionada Asociación Internacional de Historiadores del Papel y autor de numerosos trabajos publicados en revistas especializadas, es uno de esos eruditos tenaces que trabajan seriamente sin pretender notoriedad y reconocimientos, aun acumulando méritos sobrados para ello. A Juan Castelló, historiador paciente y bien pertrechado, se debe, además, un libro de gran calado, sustancioso y ameno a la vez: «Molinos papeleros del Alto Vinalopó», fruto de su paciente investigación, que ofrece un panorama pormenorizado „apoyado en fotografías y documentación abundante„ de la trayectoria y herencia de la boyante manufactura papelera en toda la comarca, principalmente en Banyeres, la villa alzada a más de 800 metros en torno a su airoso castillo medieval, y hoy floreciente concentración fabril, que ha sabido convertir su antigua dedicación en una espléndida y varia diversificación industrial.

Compartir el artículo

stats