En el X Congreso de la Asociación Española de Climatología, organizado por el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, tuve la oportunidad de moderar una mesa redonda conformada por María Josep Picó i Garcés, periodista ambiental, Francisco S. Espejo Gil, del Consorcio de Compensación de Seguros, Robert Monjo, representante de AVAMET (Asociación Valenciana de Aficionados a la Meteorología), Rubén Torregrosa, en representación de AMETSE, (Asociación Meteorológica del Sureste), Carlos Manuel Welsh Rodriguez. Miembro de la Red de Desastres asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESCLIM) y Mar Gómez, meteoróloga de «eltiempo.es».

Cada uno aportó su punto de vista sobre la necesidad de comunicar bien todo lo relacionado con las cuestiones del clima, resaltando los errores y aciertos que, cada uno desde su campo, advertían. Calentamiento global, desastres naturales, manipulación climática fueron temas que salieron a escena. Algunos de los que estaban en la mesa redonda eran a la vez comunicadores y expertos en cuestiones climáticas pero todos ellos se distinguía por el hecho de ver las cosas desde un prisma más abierto que el «experto» en sentido estricto. Un climatólogo o meteorólogo sólo cree en cuestiones científicas, se las cree o no, pero siempre se basa en criterios más o menos objetivos y le resulta inconcebible que el común de los mortales dé fe o propague explicaciones peregrinas a fenómenos climáticos cotidianos. Ese choque de realidad quedó patente cuando, desde el técnico público asistente, algunos dudaron que de verdad, por ejemplo, la gente creyera en que la manipulación del clima o geoingeniería pudiera explicar cualquier fenómeno cotidiano, una larga sequía o una lluvia torrencial. «Es cuestión de cuatro locos muy activos en redes sociales o con credibilidad muy local pero no es algo que la gente crea de forma generalizada», se llegó a decir. Lo siento, pero no estoy de acuerdo, son muchos los que creen en extrañas teorías y es obligación de todos los que creemos en una climatología y una meteorología seria, desmentirlo con argumentos sólidos. Por no hablar del tema no va a dejar de existir.