El pasado domingo LEVANTE-EMV publicó una entrevista de Alfons García a Íñigo Errejón; y Jordi Évole entrevistó a Pedro Sánchez en la Sexta. Era el día después de la penosa derrota en el parlamento de las fuerzas de progreso y cambio en España, entendiendo por ello -con plena diferenciación ideológica y política y sin equivalencia de responsabilidades-, a Podemos, PSOE y Ciudadanos.

Hoy me refiero, en 590 palabras, a verdades a medias que ameritan discusión: La explicación simplista, de ambos, del no acuerdo PSOE-Podemos; el precipitado y riesgoso augurio de Errejón de que Ciudadanos es ya una formación irrelevante en la política española; y el tibio y tardío reconocimiento, del uno, de que en el 15M había ideas de sentido común compartidas por votantes de diferentes formaciones, y, del otro, de que Podemos no es populista. Veamos:

1.- El desacuerdo tiene antecedentes históricos que se remontan a la generación del abuelo de Pablo Iglesias -como lo recordó el propio Iglesias en su intervención (sin aludir a la triple alianza) previa a la segunda votación para la investidura de Mariano Rajoy-; y pasa por las presiones fácticas reconocidas por Sánchez, junto con el innecesario error de pactar con Ciudadanos. Pero tiene dos acciones clave de Podemos en la febril actividad parlamentaria abierta por los inéditos resultados electorales del 20 de diciembre de 2015, casi repetidos el 26J: El primero es la infantil y esperpéntica oferta/demanda de un gobierno al PSOE (sillones incluidos) mientras su secretario general apenas recibía el encargo del Rey. El segundo es el inmaduro no en la segunda votación de la investidura de Sánchez, cuando la abstención de Podemos tenía más explicables y justificables razones que la del PSOE ante la de Rajoy.

Se trata de situaciones de muy diferente origen y contenido, pero que incidieron de forma directa en el fracaso político y social antes aludido; y ante las cuales PSOE y Podemos deben asumir sus respectivas responsabilidades, so pena de seguir una senda pantanosa, lo menos parecido a la transparencia debida y proclamada por ambas formaciones.

2.- Los discursos de Albert Rivera en la investidura de Rajoy y la actuación de C´s en municipios y autonomías desde las elecciones de mayo del año pasado, no indican que los diputados de la formación naranja vayan a estar callados en el Parlamento o a ser simple comparsa de las medidas que el gobierno del PP no imponga por reales decretos o decretos ley.

Si Unidos Podemos no entiende que sus 67 diputados, con los 32 de C´s, los 85 del PSOE y los nacionalistas que eventualmente les acompañen, pueden impulsar leyes progresistas y frenar o amortiguar, a favor de la gente, las de desigualdad y recortes del PP, sería un error morado que podría prolongar (ampliado) el fracaso del 29 de octubre.

3.- Cuando en las asambleas en las que he participado desde mayo de 2011 (del 15M, Guanyem València y Podemos), planteaba que en el 15M confluían diversos nutrientes que han propiciado la emergencia o crecimiento de fuerzas políticas y sociales de muy diferente signo y destino, incluido C´s, solía ser contestado negativamente.

Que ahora lo diga Errejón y que Pedro señale la necesaria confluencia con Podemos, abre la puerta a un reconocimiento y re-sentimiento de las reales y potenciales fuerzas de progreso y cambio en España, imprescindible para avanzar, a marchas forzadas, hacia una unidad popular, ciudadana, de la gente o del 99% (con un programa mínimo), que evite otro fracaso en las elecciones de 2020 o 2018€