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¿Adónde irán los besos?

Como no teníamos pocas preguntas que hacernos llegó el desconcierto del reencuentro triunfito, y el debate político fue desplazado por otro mucho más importante y decisivo. ¿Hubo o no hubo desplante de Bisbal a Chenoa? ¿Le hizo o no le hizo una "cobra" después de juntar sus voces en el escenario y separar sus cuerpos? ¿Es Chenoa una mujer herida y Bisbal un hombre dañino o estamos lanzando chorradas desclasificadas al vuelo viendo ovnis donde solo hay fenómenos atmosféricos? Si será un asunto de resonancias épicas que incluso Errejón ha querido meter baza para intentar ser gracioso llevando el ascua a sardina. O la sardina a su ascua. No es el sentido del humor un bien común en nuestra clase política (a diestra y siniestra) así que la broma errejonesca tiene tanto salero como Rajoy haciéndose el guay con Bertín. Después de la película de Halloween que vimos en el Congreso y aledaños nos surgieron a todos grandes dudas. ¿Rufián dijo las verdades del barquero o se pasó cuatro aldeas? ¿Es Pablo Iglesias un gran parlamentario o sólo un showman con malos guiones? ¿Tiene Pedro Sánchez futuro o le veremos de tertuliante en La Sexta? ¿Qué piensa realmente Rivera de sí mismo? Lo del concierto de Operación triunfo no tuvo tantos ecos bélicos. ¿Quién cantó mejor? ¿Quién desafinó más? ¿A quién le han sentado peor los años? ¿Qué será de la mayoría en un lustro? ¿Por qué algunos no han dedicado más tiempo a mejorar su técnica vocal o sus coreografías? ¿Cuáles se pueden considerar triunfadores y cuáles fallidos a estas alturas del trending topic? ¿Para qué sirve un concurso de talentos que ha dado tan poco talento al margen de tal y de cual? (y hablo de la primera edición, porque luego...) ¿Adónde irán los besos que guardamos, que no damos? Dinos algo, Errejón.

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