El viento como recurso eólico hace que lugares con vientos bastante frecuentes, y con una velocidad media bastante elevada sean elegidos como parques eólicos, aprovechando la energía cinética del viento que mueve los molinos. Hay zonas muy variadas, en el interior y en la costa, donde tenemos estos parques que a menudo son objeto de controversia por el impacto en el paisaje y en la mortalidad de las aves que no pueden sortear los obstáculos. Las zonas más ventosas de España son las costas, especialmente los cabos (Cap de Creus; Machicaco y de Gata, Estaca de Bares, etc.), las zonas próximas al estrecho de Gibraltar, las islas, las zonas montañosas y las áreas del interior planas, extensas y sin relieves muy cercanos. La velocidad media anual del viento en estos lugares supera los 5 Km / h. En cambio hay zonas deprimidas del interior y los centros de la ciudad donde la velocidad media del viento no llega a 5 Km / h, son sombras eólicas, donde los vientos son menos intensos, este es el caso de la Plana de Vic o la ciudad de Girona.

El efecto de pantalla en el caso de la ciudad de Girona respecto a los vientos terrales de tramontana, mistral y de poniente hace que esta urbe tenga vientos mucho más flojos en situaciones sinópticas que favorecen estos vientos, que soplan muy fuertes en otras áreas no demasiado lejanas (Empordà y costa Brava). Por otra parte la ciudad de Girona tiene una característica del viento diferente a otras ciudades que casi la hacen única dentro de España.

Así en esta urbe la velocidad media del viento es más fuerte en verano, alrededor de 5 km / h de media, y más baja en invierno, 3,5 km / h. La marinada, que sopla del sur predominantemente en Girona, y es el único viento que llega con energía ya menudo en la ciudad provoca esta anomalía climática.