La nefasta reválida y la ley de enseñanza que tantas veces cambia, es preocupante. Cada vez más se va hacia una educación técnica porque es la que produce€ y dejamos lo esencial del ser humano. Miro con nostalgia y admiración hacia la Institución Libre de Enseñanza. En la Renaixença Valenciana, el krausismo representaba una actitud investigadora basada en la coherencia intelectual y en el rigor científico; se preocupaba de la producción industrial y fue Sanz del Río el que consiguió formar escuela desde la universidad. El krausismo tomó un carácter político y pedagógico con tendencias racionalistas y liberales. Fue el movimiento que, en aquel entonces, necesitaba España. ¡Dios! ¿Cuál el que necesita España en la actualidad? He leído la propuesta de ley que Ángel Gabilondo hizo en su día; su espíritu libre y amplio me recuerda al de la ILE Pienso que deberían nombrarle, de nuevo, Ministro de Educación€
La enseñanza es la base de la educación del futuro. Es preciso comenzar por quitar obstáculos no sólo legislativos, sino políticos y sociales que, lleve a la actitud del pensamiento, más allá de los conceptos personales. Una actitud humanista que contemple ciencia y tecnología, radicalmente nueva en el panorama actual.
Para intentar resolver el problema de la enseñanza Giner de los Ríos ideó fundar la Institución como escuela de segunda enseñanza y universidad libre, que agrupase a los catedráticos destituidos, en un esfuerzo común de renovación de la vida intelectual y civil española por medio de la educación. El apoyo a Giner estaba representado por elementos liberales desde los más conservadores como Gamazo y Alonso Martínez, hasta republicanos como Castelar que con ideologías opuestas, miraban en la misma dirección. El 29 de octubre de 1876 leyó el discurso de apertura de cátedras el primer rector, Laureano Figuerola que lo inició con las siguientes palabras: «Señores, humilde comienzo tienen todas las obras humanas€».
Este discurso junto al de Sanz del Río en 1857 y el de Fernando de Castro en 1869 marcan hitos en la historia contemporánea de nuestra cultura.
La Institución no tuvo un sistema pedagógico único, estaba abierto a toda innovación y aplicó los métodos ajenos y propios en un ensayo constante.
En Valencia las huellas de inspiración krausista, tomarán forma desde el Rectorado de la Universidad. Pérez Pujol para la adquisición de las metas que planificaban así como para la libertad de la ciencia y enseñanza, procedió, a la organización y reforma de la enseñanza universitaria. En 1873 renunció al Rectorado; fue el año de su prisión en las Torres de Serrano, al haberse formado parte del Cantón de Valencia durante el Levantamientos Federal. Aunque a él no le gustaba la política activa, siempre dejó clara su opinión; se comprometió con su presencia en los actos liberales, nunca quiso ningún cargo político. Un buen ejemplo para cualquier político de nuestros días.
Conocía la importancia que para el devenir de los pueblos tiene la formación educativa., y luchó por ella.
Fueron hombres libres que abogaban por la libertad a través de la educación como forma de vida. Estudiaron, trabajaron, publicaron mucho y su espíritu queda quizá vivo en maestros soñadores.
He vuelto a la historia y en esta etapa, me quedo.
