Conociendo a Mariano Rajoy era de prever que iba a hacer pocos cambios en la formación del nuevo ejecutivo y así ha sido. Ninguna sorpresa y más de lo mismo. Con estos mimbres va a ser muy difícil que se agote la legislatura y, sobre todo, que haya diálogo con las demás fuerzas parlamentarias y con el problema soberanista encima de la mesa.

Los que se creyeron el discurso de Mariano Rajoy durante la investidura de que iba a ser una legislatura de mano tendida, reformista y de gobierno para todos, se equivocaron.

Era el momento de apostar por el cambio y por la nueva hornada de políticos jóvenes que se abren camino como Pablo Casado o Javier Maroto, sin embargo, Rajoy ha preferido apostar por sus más fieles y leales compañeros de partido como María Dolores de Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría.

Mariano Rajoy había anunciado que una de sus prioridades iba a ser fortalecer el crecimiento económico y la creación de empleo. La continuidad de Cristóbal Montoro y De Guindos, en Hacienda y Economía auguran una legislatura de recortes y más impuestos. Máxime cuando Bruselas nos exige un recorte de 5.500 millones por incumplir el déficit público.

Rajoy ha apostado claramente por el continuismo de su anterior gestión, pero con una diferencia importante, ahora tiene un gobierno en minoría, con lo cual, para sacar adelante las leyes, tendrá que pactar con la oposición cada una de las iniciativas y eso supone un giro de 180 grados en lo que ha sido la política del PP en los últimos cuatro años, de aplicar el rodillo, y ningunear a la oposición. Mucho me temo que ahora va a volver a repetirse el mismo escenario de falta de diálogo, pero con la salvedad de que en estos momentos necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para sacar adelante la legislatura. La primera prueba de fuego la vamos a ver en breve con los Presupuestos Generales del Estado. Ciudadanos, la formación de Albert Rivera, que votó sí a la investidura de Mariano Rajoy, le ha dado al nuevo ejecutivo un plazo de 6 meses para que cumpla con las 150 medidas, exigencias, según Rivera, o de lo contrario le retirará su apoyo.

Con lo cual en muy poco tiempo vamos a ver cómo se desarrolla la legislatura y el rumbo que toma, aunque las ansiadas reformas que necesita este país, que no son pocas, tendrán que esperar tiempos mejores y seguramente otro inquilino.

Ustedes, por si acaso, vayan haciéndose el ánimo porque es muy probable que la próxima primavera haya elecciones anticipadas.