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Jaume II El Just, un gran desconocido

La figura de Jaume I el Conqueridor, es de sobra conocida, sus hazañas y su decisiva contribución al nacimiento de nuestro pueblo es recordada cada año cuando se acerca el 9 de octubre. Múltiples actividades institucionales nos recuerdan su importantísimo legado. La figura de su nieto, Jaume II es en general poco conocida, desgraciadamente en los últimos tiempos, aparece citado envuelto a los casos de corrupción que han salpicado a la Fundación Jaume II el Just. Casos de corrupción relacionados con su exgerente, Vicente Burgos, quién dejó este organismo creado por la Generalitat en 2003. Su nefasta gestión al frente del organismo duró apenas cuatro años. Dejó una deuda de nueve millones de euros. La Fundación Jaume II el Just fue creada para recuperar, potenciar y divulgar el patrimonio histórico valenciano, en especial el Monasterio de Santa María de la Valldigna, cenobio cisterciense que en su día se erigió por expreso deseo del monarca Jaume II. Al parecer el presupuesto asignado a tan nobles fines se dilapidó, entre otros asuntos, con la contratación de azafatas para un Te Deum en la Catedral de Valencia, con la organización de barbacoas en período preelectoral o en alquileres de coches de alta gama. De ahí que lamentemos que el nombre del gran monarca valenciano aparezca junto a lamentables asuntos relacionados con el pago a empresas del denominado «caso Taula» que se están juzgando en los tribunales de justicia.Jaime II nació en el Palacio Real de Valencia en 1291.

Era hijo de Pedro III el Grande y nieto de Jaume I. Fue rey de Sicilia, Aragón, y Valencia, y conde de Barcelona. Se dice de él que fue un hombre prudente, generoso con sus amigos y muy piadoso. Cruel con sus enemigos y con un destacado afán de venganza. Se casó tres veces y tuvo diez hijos legítimos nacidos de su primer matrimonio con Blanca de Anjou y varios ilegítimos. Dicen que tuvo una relación distante y fría con sus hijos a los que veía más bien como piezas de intercambio ante posibles alianzas matrimoniales. Fue un monarca respetuoso de los acuerdos y convenciones firmados con sus súbditos. Destacó por reunirse regularmente en Cortes con los estamentos de sus estados y por atender siempre las demandas llegadas a su Corte, por todo ello se le conoce como el Justo. Como no tenía una residencia fija, se desplazaba con su corte albergándose en los palacios reales de Zaragoza, Barcelona y Valencia. Palacios que eran todos de construcción sencilla, hecho que contrastaba con su afición por los ropajes y vestidos lujosos. Jaime II era aficionado a cazar, le gustaba danzar y jugar al ajedrez o componer versos. Durante su reinado apoyó las ciencias, especialmente la medicina y la arquitectura, y también la poesía logrando un gran auge de las letras en las que destacó Ramón de Muntaner y Ramón Llull. Entre todos sus colaboradores destacó la figura de Roger de Lauria, el legendario almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia. Luchó a las órdenes de Pedro III el Grande de Aragón, el cual lo otorgó el condado de Cocentaina , lugar donde falleció años más tarde. Hace poco más de un mes, el Consell anunció una triste noticia, que en breve se liquidaría y cerraría la Fundación Jaume II el Just, la que estaba llamada a recuperar, divulgar y potenciar nuestro patrimonio.

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