Mi hijo de once años es un gran lector y lo es, especialmente, de una revista dirigida a los niños y patrocinada por Generalitat Valenciana, Diputación de Valencia y fundación Bancaixa. Por eso me indigna especialmente que en un número de esa revista, en una viñeta, se hable de chemtrails. Primero creí que se hacía con ironía pero me doy cuenta que dan por sentada en esa tira una absurda teoría acientífica que todo el mundo está dando en la calle como una historia cierta. Los aviones sueltan estelas de condensación que son más o menos anchas y persistentes dependiendo de las condiciones de humedad y temperatura a las altitudes a las que vuelan. Ha habido intentos de modificar el clima de forma intencionada y los continuará habiendo y yo estoy radicalmente en contra. El sembrar las nubes con núcleos de condensación como yoduro de plata para provocar la lluvia en una nube que no la daría o para deshacer una granizada es algo que se ha hecho y se hace con más o menos éxito (y que a mí no me gusta) pero nunca se ha podido deshacer una nube de lluvia, sobre todo cuando es una situación de envergadura. Hasta ahí vale, pero el tema de los chemtrails como modificación climática a nivel global es una chorrada que queda muy bien pero que no tiene ni pies ni cabeza. Tampoco la que dice que son estelas para provocar enfermedades. Tienen plena libertad para publicar lo que les parezca pero esta revista es presuntamente también educativa y está ayudando a extender algo que es falso y que va contra el conocimiento del propio clima y de las razones para explicar sequías y otras situaciones meteorológicas reales. Los problemas ambientales reales ya existen: cambio climático, contaminación que mata sin necesidad de venir de las estrellas, pérdida de biodiversidad, agotamiento de recursos, etc., no es necesario crear nuevos. Sé que son más los que creen en esto que los que no. Deberían recapacitar sobre publicar estas cosas. Imaginen si mañana empiezan a decir en una tira cómica que las vacunas son perjudiciales y se hacen para controlarnos. Reconozco que los responsables de la publicación me contestaron adecuadamente a un correo similar a este artículo pero el daño ya estaba hecho.