A finales del siglo XIX, la doctora y pedagoga María Montessori desarrolla la metodología Montessori, caracterizada por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño. Más de 130.000 colegios en el mundo imparten este estilo educativo pero son todavía muy pocos los que lo hacen en España. Centro Educativo Palma, con 20 años de experiencia en el sector, ha decidido ser uno de los primeros en apostar por esta metodología con la creación de Palma Kids. En un edificio diseñado acorde a las escuelas finlandesas, destacan los espacios amplios, cálidos y luminosos, con grandes zonas de patio exterior. El proyecto pretende convertirse en un referente en formación Montessori, haciendo llegar esta pedagogía a los profesionales de la educación en la Comunitat Valenciana con la creación de cursos y seminarios certificados por la Asociación Montessori Internacional (AMI).

El proyecto del empresario Manuel Palma se fundamenta en base a numerosos estudios que demuestran que una escolarización temprana tiene grandes beneficios cognitivos y sociales para el niño. Siguiendo los principios de María Montessori, en la misma clase se juntan niños de diferentes edades (4-18 meses, 18 -36 meses y 3-6 años) con el fin de que los pequeños aprendan de los mayores y los mayores consoliden lo aprendido al enseñarles. En estas aulas cada niño trabaja de manera individual o en pequeño grupo con los materiales que elige libremente. Los materiales están siempre a la altura del niño, organizados por áreas y niveles de dificultad. En las aulas prima el orden, la belleza y el silencio. A menudo se trabaja con música clásica de fondo para favorecer la concentración. El maestro guía y propone actividades a los alumnos pero su papel es secundario ya que es el niño es quien determina su propio aprendizaje en base a su nivel de desarrollo e intereses.

Desde pequeños, estos alumnos llevan a cabo por sí solos actividades de gran complejidad. Entre ellas nos llama la atención el uso de tijeras, la elaboración de su propio almuerzo (desde cortar manzana a amasar pan) o la limpieza del aula. El motivo es dar al niño autonomía para favorecer la seguridad en sí mismo y el deseo de continuar aprendiendo.

Esta metodología se completa con otras actividades de interés como son clases de yoga, musicoterapia, huerto urbano y teatro con el fin de potenciar las diferentes inteligencias, ofreciendo a los alumnos experiencias vivenciales que perduren en el tiempo y que les ayuden a obtener un desarrollo integral. En palabras de María Montessori: «Nuestros alumnos no siempre hacen lo que quieren pero siempre quieren todo lo que hacen».