Este es el diario de un náufrago que un día creyó ver la trasversalidad, pero sólo era un travesaño y zozobró con él.

Día 1. Abro la ventana. Un nuevo año. 2017. Número futurista en toda regla. Si yo ahora, por ejemplo, estuviera en 1956 y tuviera que hacer una película de ciencia ficción la llamaría «2017» por lo menos. Orwell escribió su famosa novela en 1948. Alternó los dos últimos dígitos para titularla. Sólo algunos inconscientes piensan que su vaticinio fue prematuro.

Me digo: este año sólo quiero oír hablar de propuestas radicalmente democráticas, nada de paternalismos sobre la clase obrera. Lo hago como quien se propone cada uno de enero dejar de fumar. Pero me wasapea Miguel, mi amigo rojo de Madrid, y me recuerda que 2017 es el centenario de la gloriosa revolución de Octubre. Me envía una foto de Lenin entre estas dos fechas: 1917/2017. Miro al bolchevique a la cara y le pregunto:¿algo que celebrar, Vladimir Illich? No dice nada. Él sólo harenga a las masas.

Mi amigo me envía también una foto de su propia madre, en una salita de estar de un piso de Ciudad Lineal, una anciana aplicada en hacer los deberes que sus hijos le imponen para recuperarla de un ictus. Me detengo en la mesa camilla, el batín, la manta eléctrica€La foto me parece el cuadro de un Rembrandt de los desamparados. Y de pronto lo veo todo claro. No, quizá no haya mucho que celebrar (el Gulag, Katín, el muro, la KGB, Praga, la vida de los otros, Afganistán, Chechenia), pero es verdad que mientras existió la Unión Soviética el Capital no nos chuleaba a todos como ahora.

Y, en cualquier caso, una cosa es la Unión Soviética, la historia de un fracaso global, y otra la epopeya de los comunistas, uno a uno, como individuos, con sus itinerarios personales y sus sueños. Seres que se dejaron la vida por una democracia en la que en el fondo no creían. Pienso en Marcos Ana, en la abuela de mi amigo, en el partisano de Cohen€visualizo a todos sus compañeros de clase y les ofrezco flores como héroes derrotados. Los veo desfilar por la calle Colón cargados con sus bolsas de grandes almacenes.