Durante el mes de febrero van a celebrarse las reuniones del profesorado de Bachillerato que clarificarán, por fin, a qué modelo de examen ha de enfrentarse el alumnado en la pruebas de acceso a la universidad. Esta información, imprescindible para programar el curso, había quedado en suspenso tras la forzada retirada de las reválidas por parte del Gobierno que ha impuesto la Lomce, con buena parte de la sociedad en contra. Durante más de 20 años, en la materia de Historia de la Filosofía en la Comunitat Valenciana, las características del examen se han establecido a partir de propuestas del profesorado; por el mismo procedimiento se han ido seleccionado los textos fundamentales que debían ser objeto de examen. Que El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, entrase en esa selección fue aprobado en las asambleas de 2009 y su impartición comenzó en el curso 2012-2013. Por fin una filósofa en el programa. Por fin, e igual de relevante desde nuestro punto de vista, el reconocimiento del feminismo como elemento clave en la historia de la filosofía, en tanto teoría crítica de la sociedad. El segundo sexo ha sido considerado el más importante ensayo feminista del siglo XX, referencia ineludible, sea para el desarrollo de sus planteamientos o para la oposición crítica a los mismos.

Respecto a la convocatoria de las PAU 2017, el profesorado de la materia, a través del debate asambleario, está tratando de minimizar las consecuencias negativas de la improvisación. Pero después se tendrá que enfrentar al reto de concretar en sus programaciones los nuevos contenidos impuestos. Será entonces cuando tenga que plantearse si volverá a relegar como filosofía menor el texto que hizo tambalear el significado establecido del concepto mujer, abriendo todo un ámbito de problemas donde no había más que prejuicio, sólida y universalmente extendido, como ya denunció el cartesiano Poulain de la Barre. Tanto que, ni siquiera Nietzsche, que quiso hacer saltar en pedazos los frutos del logos y cuestionar los valores que sustentan la cultura occidental, aplicó su martillo sobre el prejuicio de la desigualdad natural entre hombres y mujeres.

Con la pregunta filosófica que abre El segundo sexo „¿Qué es una mujer?„ de modo nietzscheano, Beauvoir propone desconfiar del concepto mujer, investigarlo: volver al origen. Su uso no es simétrico al que se hace de la categoría varón. Niega que la pregunta pueda responderse mediante la exposición de una serie de cualidades esenciales justificables de modo natural, entre las que se encontrarían la emotividad, la frivolidad, la dependencia, la sumisión. La feminidad, afirma, no es una idea platónica que las mujeres puedan encarnar por haber nacido con ciertas características biológicas. El conglomerado de significado que encierra es una construcción social que ha afectado de modo muy negativo a la mayor parte de las mujeres a lo largo de la historia y, en consecuencia, aunque en menor medida, también a los varones. Una construcción social, variable históricamente, que sigue limitando las oportunidades de decisión y de acción, la libertad y los derechos de muchos seres humanos. Por ello, es necesario que la reflexión filosófica feminista encuentre espacio en nuestras aulas, tenga presencia en el desarrollo de las diferentes materias y no se descabalgue de la primera línea de la Historia de la Filosofía en el Bachillerato. En ese caso, se contribuirá una vez más a ocultar al alumnado todo un ámbito de la filosofía que resulta imprescindible en la reflexión sobre cuestiones como la igualdad, la libertad o la identidad.