Quiso la casualidad que la sentencia por el amaño de los contratos de Fitur se conociera en el arranque del 18º congreso nacional del PP. Los dirigentes populares reaccionaron de la única manera posible: respetando el fallo judicial.

Decenas de analistas han hablado de la repercusión política y su alcance, pero pocos han centrado su atención en el sentimiento que puede provocar en los miles de militantes del PP valenciano. Casi uno de cada cinco militantes del PP es valenciano y eran ellos -responsables comarcales, de distritos, dirigentes locales, alcaldes o concejales- los que acudían a Fitur para respaldar el turismo de sus pueblos y ciudades... y de paso a sus líderes.

Dejarse ver era obligatorio, hacerse la foto, también. Y si los astros se conjuraban, hasta se podía arrancar alguna inversión pendiente para el municipio. Unos podían viajar con cargo a las arcas públicas, pero otros, en la oposición, debían desembolsar personalmente la asistencia.

Mientras las bases llenaban recintos y autobuses enarbolando banderas azules con charranes (ahora sabemos que no eran gaviotas), mientras acudían a almuerzos y cenas con el desembolso correspondiente, mientras hacían proselitismo entre sus vecinos, otros recibían, como poco, regalos de miles de euros, amañando contratos de varios millones.

La generala manchega es la única a la que se ha oído pedir perdón por errores cometidos por el Gobierno, y lo ha hecho sin ser la responsable directa. Pues bien, Isabel Bonig, junto a parte de la actual cúpula popular valenciana, que cuando ocurrieron los hechos juzgados y condenados ya ocupaban cargos, debería tomar nota. Hasta ahora han sido incapaces de ponerse en la piel de los militantes que creyeron en unos líderes que, a la vista, está, les tomaron el pelo. A todos los ciudadanos, pero a ellos, los primeros.

Dado que Bonig y los suyos pretenderán próximamente que esos afiliados les aúpen a la dirección en el próximo congreso regional, bien harían en ofrecer una disculpa pública que podría aliviar en parte el sentimiento de vergüenza, desencanto y traición que muchos sienten hoy. Se echa en falta humildad por parte de los actuales dirigentes del PP valenciano. Porque, lamentablemente, lo de Fitur no pone fin al bochorno. Aún quedan por juzgar gürteles, financiación, Fórmula 1, taulas, trama de incendios€

La exconsellera de Turismo, Milagrosa Martínez, que llegó a ser la segunda autoridad valenciana, dice que no sabía qué era Fitur. Se lo podían haber explicado esos cientos de militantes que la rodeaban en sus paseos por los stands en la feria madrileña.