Se observan fuertes diferencias térmicas en el litoral catalán en un día de invierno en días de tramontana no excesivamente fuerte en el Ampurdán y viento de mistral o sereno en las comarcas del Ebro. Las temperaturas mínimas más elevadas se observan en el Cap de Creus y en el norte de este sector en Portbou, como consecuencia del efecto föhn de este viento, y al hecho de que cuando el viento no para durante la noche impide que se forme la inversión térmica que provoca bajas temperaturas. No es extraño que la temperatura mínima sea en el mes de enero de 10ºC a Rosas en un día de tramontana. En cambio unos pocos kilómetros al sur a menudo no llega la tramontana y la temperatura se desploma en la zona cercana a la desembocadura de los ríos Fluvià y Muga, con valores inferiores a 0ºC en los Aiguamolls del Empordà, por ejemplo -3ºC. Tenemos otro sector frío en el norte del Maresme y el sur de la Selva, que se encuentra resguardada de la tramontana que es cercano a la desembocadura del Tordera, y la temperatura puede bajar de 0ºC en Blanes y Malgrat. Al sur de la comarca del Maresme tenemos temperaturas mucho más altas a pesar de no soplar viento, la presencia de una cordillera cercana a la costa, la sierra de Marines provoca mínimas muy altas por ejemplo en el Masnou y Vilassar de Mar. La isla de calor de Barcelona hace que el Eixample y el Raval de esta ciudad sean una de las áreas más cálidas de Cataluña durante la noche, también en situaciones de tramontana. En cambio en el aeropuerto de Barcelona situado más al sur, la aportación de aire frío del río Llobregat hace que las mínimas sean bastante más bajas que en el centro de la ciudad, también en la desembocadura del Besós la temperatura es más baja. En la comarca del Garraf las temperaturas son muy altas en Sitges, a menudo las más altas de Cataluña. Más al sur las temperaturas bajan fuerza en la zona cercana a la desembocadura del río Gaià, por ejemplo en Torredembarra. Las comarcas del Ebro son también una de las zonas más cálidas cuando sopla el viento de sereno, y su influencia llega hasta Hospitalet del Infante, uno de los pueblos costeros más ventosos de Cataluña.