Lo he hecho. Lo reconozco. Llevado por la insistencia de un querido amigo, he visto «Got Talent». No me gusta ponerme en plan criticón cotilla, sobre todo porque según parece un mes de estos volveremos a tener nuestra televisión, y si a algún alma caritativa se le ocurre ofrecerme un curro, desearía que se me tratara compasivamente. Y además porque yo no soy así, qué narices.
Así que hagámoslo con humor. Me pareció un programa de colegas. Ahí están Jorge Javier, Risto, Edurne, Eva y Santi pasándoselo pipa, mientras los bienintencionados concursantes demuestran sus habilidades (aunque esto último, en algunos casos, sea al menos discutible). Los jurados se descojonan, se lanzan pullas (que intuyo prefabricadas), se citan para cenar o tomar una copa, se imitan y finalmente dicen si sí o si no. Mientras tanto Santi desde bastidores hace gestos, baila, hace como que canta Vamos, una delicia. En fin, que te tienen que caer bien, si eso no sucede, la experiencia televisiva se parece bastante a una tortura. Risto juzga: «Os contrataría para un banquete de boda, pero para Got Talent, no servís. Voto no». Eva replica (mirando burlonamente a Risto): «Pues mira, tenéis mucho talento, yo voto sí». Los otros dos votan, no sin antes hacer algún comentario elogioso o denigrante, y que pase el siguiente.
De vez en cuando sale algún concursante extraordinario, cuya actuación es rápidamente compartida en facebook, para que todos llenemos las redes de corazoncitos. Bravo por ellos, ya han conseguido sus quince minutos de fama.
La verdad, no me entusiasma el programa, aunque eso no hace otra cosa que confirmar lo lejos que estoy del sentir de los espectadores, que lo premian con records de audiencia.
Para los raritos como yo propongo un «Got Talent Corruption», donde los jurados expertos serían Rato, Blesa, Iñaki y Cristina, y presentaría el Bigotes. Concursarían concejales, constructores y jetas varios. El premio sería quedarse con la pasta que estafaron. Iba a poner que el premio era no entrar en prisión, pero ese se reserva para los jurados. Todo presuntamente, por supuesto.
