Si cada vez que salen los datos del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) o de la EPA (Encuesta de Población Activa) consultáramos la hemeroteca, veríamos que las declaraciones de los responsables del Ministerio de Empleo y de los sindicatos y patronal prácticamente no varían, cada uno en su posición. Como dice la canción: la vida sigue igual? y el paro también.

Para Fátima Báñez, los datos del paro de enero eran «históricos» y mostraban el «fortalecimiento» de la recuperación de España. No sabemos a qué fortalecimiento se refiere como no sea el del incremento del porcentaje de parados, de la precariedad laboral y de las consiguientes desigualdades. Según los datos del SEPE, en la mayoría de las provincias españolas los contratos temporales han supuesto el 90 % de la contratación. En la Comunitat Valenciana se superaba en enero ese valor con el 91,04 % y en febrero apenas se nota mejoría (89,96 %) ¿Esto es ir por el camino de la recuperación y del fortalecimiento?

Los últimos datos facilitados por el ministerio son de 3.750.876 desempleados. No creo que sea para lanzar las campanas al vuelo, tienen nombres y apellidos. Además, es preocupante que el desempleo de los jóvenes menores de 25 años se incrementa en febrero en 5.029 personas (1,7 %) respecto al mes anterior mientras que el paro de 25 y más años baja en 14.384 (-0,42 %).

En la Comunitat Valenciana se redujo el paro en febrero en 1.416 personas, es decir, un 0,33 % menos respecto a enero. Ahora bien, el desempleo en los menores de 25 años ha pasado de ser en el mes de enero de 28.246 jóvenes (14.776 hombres y 13.470 mujeres), a incrementarse en febrero con un total de 29.456 jóvenes (15.334 hombres y 14.122 mujeres), es decir una subida de 1.210 jóvenes más que pasan a engrosar las listas de desempleo. Si vemos esos datos con mayor detalle podremos comprobar que nuestra comunidad se encuentra en el cuarto lugar, entre todas las autonomías, al poseer el mayor índice de desempleo entre los jóvenes menores de 20 años y en el segundo lugar de toda España en el grupo de los de 20 a 24 años y sin empleo anterior con 5.315 jóvenes desempleados. ¿Es para preocuparse o no?

Otro detalle más, el Ministerio de Empleo admitió a la Defensora del Pueblo que en 2015 no se gastaron 273 millones correspondientes a formación. Habría que preguntarse qué van hacer en 2017 con esos 240 millones que quedan por invertir ya que, según la reforma de formación aprobada, el dinero no gastado debe emplearse en los siguientes ejercicios. ¿Por qué no se gastó este dinero en formación para los jóvenes? Con parte de esos 240 millones, por ejemplo, se podrían poner en marcha escuelas taller y casas de oficio con el fin de proporcionar formación y empleo a miles de jóvenes, que tan buenos resultados han dado desde sus inicios.