1. Denis Zamaro - Padre por gestación subrogada

La gestación subrogada es una técnica de reproducción asistida en la que intervienen diversas partes: una mujer que presta su capacidad de gestar, los futuros padres y, en algunas ocasiones, una donante o un donante de gametos. La fecundación se realiza en vitro y, en el caso de que la pareja no pueda aportar todo el material genético, se recurre a una donación. La paternidad o la maternidad está estrechamente ligada a la intencionalidad de ser padre o madre y no al vínculo biológico con el hijo, ni mucho menos al hecho de poder gestarlo. Esta técnica de reproducción es una opción para aquellas mujeres que tienen problemas físicos o de salud que les impiden gestar, para parejas gais o varones sin pareja.

Hoy en día, miles de personas que quieren formar una familia acuden a países donde la gestación subrogada es legal. En Estados Unidos, por ejemplo, se lleva a cabo desde los años ochenta y está regulada para que todas las personas implicadas tengan garantías y estén protegidas por la ley. Realizar el proceso en otro país, sin tener la posibilidad de seguir el embarazo de cerca, lo hace estresante por la lejanía y la falta de control. Además, debido a ello, se trata de un proceso caro que no todo el mundo se pueden permitir y que conlleva un alto coste emocional.

En muchas ocasiones el rechazo a la gestación subrogada se debe al desconocimiento. Se desconoce por ejemplo que en Estados Unidos las gestantes tienen que pasar meticulosos controles médicos y psicológicos, al mismo tiempo que reciben asesoramiento legal. No se trata de mujeres sin recursos, reciben una compensación por las molestias, pero lo que les motiva es el deseo de ayudar a otras personas a formar una familia y están muy orgullosas de ello.

En España la gestación subrogada no está permitida pero, gracias a asociaciones como Son Nuestros Hijos, se ha conseguido que se puedan inscribir en el Registro Civil los hijos nacidos por esa técnica y, recientemente, tras una larga batalla en los tribunales, que la Seguridad Social reconozca el derecho a disfrutar del permiso de maternidad.

Queda pendiente el último gran reto: que la gestación subrogada sea legal en España. Para ello se necesita que todas las fuerzas políticas tomen cartas en el asunto. Como en otras cuestiones, como las adopciones, una adecuada regulación garantiza los derechos de todas las partes implicadas y se evitan posibles casos de abusos.

2. David Gil Lázaro-Vicepresidente de Galesh (sociación Valenciana de Familias Homoparentales)

Galesh, la asociación de familias homoparentales de la Comunidad Valenciana, nació con un objetivo claro, la reivindicación de los derechos de nuestros hijos e hijas, así como de sus progenitores, junto a la creación de espacios seguros de referencia, donde nuestros pequeños crecieran orgullosos de sus familias.

Como queda claro en nuestro primer objetivo, defendemos a todas nuestras familias, y especialmente a nuestros hijos e hijas, sea cual sea el método por el que han nacido o han llegado a nuestros hogares. Así pues, tenemos una posición clara respecto a la gestación subrogada. En primer lugar, defendemos los derechos de los niños y niñas que han nacido gracias a esta técnica de reproducción asistida, siendo imprescindible que sean tratados con el máximo respeto, utilizando el lenguaje correcto para evitar que sean discriminados por la forma de nacimiento. Además reivindicamos que se respeten los principios de filiación, así como la igualdad en todos los derechos (prestación por baja de maternidad y paternidad, igualdad de trato, conocimiento de orígenes, etcétera).

Así mismo, abogamos por una regulación de la gestación subrogada en nuestro país, desde la libertad individual y de decisión sobre el propio cuerpo, exigiendo una legislación clara, que respete y defienda los derechos de todas las partes intervinientes en el proceso, donde niños y niñas, gestantes y padres o madres por intención se vean protegidos y donde quede especificada toda la casuística posible, para así evitar una mala praxis.

Entendemos la gestación subrogada como lo que es, una técnica más de reproducción asistida que posibilita a muchas de nuestras familias cumplir el sueño de ser padres y madres y que trae al mundo a niños y niñas muy deseados y queridos.

3. Ángela Escribano - Escola de Pensament Feminista Amelia Valcárcel. Coordinadora Feminista de Valencia

Cuesta encontrar una palabra que pueda resumir lo que se pretende, cuando se busca una mujer para que engendre una criatura a la que después de verla nacer nunca le llamará mamá, cuesta vivir 9 meses de embarazo sabiendo que después del parto desaparecerá y solo tendrá el recuerdo del tiempo que solo compartieron las dos, y cuesta poder entender que esa criatura nunca la llamará mamá, y cuesta entender que haya personas que defiendan que esta situación se pueda comercializar como si se tratará de la compara o del alquiler de cualquier transacción comercial.

Por si todavía no saben a qué me refiero hablo de los vientres de alquiler, otra medida de esta sociedad neoliberal donde todo, con dinero, se puede obtener, también los deseos que de esta manera, solo por un precio se convierten en derecho. Así, son las mujeres más pobres las más necesitadas las que entran en este mercado; es curioso que lo hagan las mujeres sin necesidades económicas, ni tampoco en sociedades avanzadas con derechos muy consolidados.

Ser madres o padres es un deseo de parte de la población y hay varias formas de llegar a satisfacer este deseo, lo que no se debería jamás consentir es que lo fueran utilizando los vientres de las mujeres como si fueran meras vasijas; mujeres elegidas entre varias (como si de un catálogo de coches se tratara) mujeres que si son idóneas según el imaginario de la futura criatura, serán sometidas a un estricto tratamiento de fertilidad, mujeres que firmaran un documento con las restricciones a que se someterán (no abortar, no tener relaciones sexuales, no arrepentirse a la hora de entregar la criatura, que la criatura esté sana, no les llamará mama, y? por la que recibirán una suma de dinero)

No hay diferencias si lo comparo con el alquiler de mi piso.

4. José Luis Galdón - Foro Valenciano de la Familia

En el pueblo de mis padres, donde generalmente de pequeño pasaba mis vacaciones, era frecuente que algunas personas mayores que no me conocían demasiado, me hicieran esta pregunta: y tú, ¿de qui eres?. Yo les manifestaba quiénes eran mis padres, abuelos, etcétera. Y así quedaba perfectamente claro quién era yo. Incluso solían hacer algún comentario agradable de mi familia.

Es posible que dentro de unos años, esta cuestión sea más difícil de responder, sobre todo si tenemos en cuenta los supuestos que se presentan en la maternidad subrogada: tanto el caso en que el ovulo es fecundado con gametos masculinos y femeninos procedentes de la pareja, implantando el embrión en una mujer distinta (llamado vientre de alquiler); como al supuesto en el que esa mujer gestante ha aportado también el óvulo que ha sido fecundado por el varón de la pareja que contrató sus servicios.

La maternidad subrogada presenta en la actualidad una gran complejidad. Mientras que para algunos se trata de una práctica lícita, que debe ser admitida jurídicamente, otros en cambio, piensan justamente lo contrario. Y es que esta situación origina multitud de preguntas: ¿En qué situación queda el niño? ¿Quién es su padre y su madre? ¿Qué derecho tiene cada uno de los protagonistas en el nacimiento del niño?

Por otra parte, habitualmente, la madre de alquiler se compromete con los padres mediante un contrato en el que se establecen las clausulas que concretan los diferentes supuestos que pueden darse y en el que se establece una compensación económica importante para la madre que presta su vientre para que nazca el niño.

Entonces, ¿dónde quedan los derechos del niño, que es el actor mas débil de todos los que participan en esta tragicomedia? Y una vez nacido, ¿tiene derecho el niño a saber como ha sido concebido y cual es su procedencia?, ¿cómo le afectará esto a su desarrollo psicológico y afectivo? Por mi actividad docente e investigadora suelo hacerme muchas preguntas que en este caso comparto con todos ustedes.

Pienso que el deseo de las parejas estériles debe ser escuchado por la sociedad y buscar entre todos una solución razonable. Sin embargo, no todos los deseos de los adultos deben ser considerados como derechos; máxime si ello implica lesiones a la dignidad y a los derechos de otros sujetos implicados, especialmente de las mujeres más vulnerables y los hijos.

Para dar una solución a este debate, a mi entender, hay que partir del supuesto de que el niño no es un trofeo deseado y proyectado para cumplir con los dulces sueños de una maternidad o paternidad merecida, sino que debe ser considerado con toda la dignidad que tiene y protegido y cuidado como el mas vulnerable de todos.