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Los premios Loewe

Andamos con la primavera nuevecita en el calendario, el reciente Día de la Poesía, y la cita inestimable con ese género literario hondo y complejo, para el que (según las buenas noticias de los editores, que atestiguan el auge actual de la creación y difusión poética) sí que, al parecer, hay lectores en aumento.

Fue ayer cuando en Madrid (en un lugar ya habitual y empapado de historia, los salones del Hotel Palace) se entregaron los Premios de Poesía Fundación Loewe ante un escogido grupo de personalidades de las letras, la música, el diseño, la danza y la moda. Todo empezó en 1988, y desde entonces estos galardones anuales han distinguido a una brillante serie de autores, entre ellos muy significativos poetas valencianos, como el inolvidable César Simón, Jenaro Talens, Antonio Cabrera, Vicente Gallego, Juan Pablo Zapater, Guillermo Carnero, Carlos Marzal, Juan Vicente Piqueras y Jaime Siles, este último miembro actual del jurado en el que figura otro grandísimo poeta valenciano, Francisco Brines, y completan nombres tan autorizados como José Manual Caballero Bonald, Antonio Colinas, Soledad Puértolas, Victor Rodríguez Núñez, Ana Rossetti y Luis Antonio de Villena, presididos por Víctor García de la Concha. Es de suponer que las deliberaciones fueron largas, para seleccionar entre casi 800 participantes de 31 países, veintisiete obras finalistas.

La opinión de los calificadores sobre el libro ganador se puede concretar así: «Poemas intensos y excelentes, dichos desde una voz que otorga unidad y forma al conjunto». La lengua de los otros es el poemario que ha obtenido el Premio Loewe -dotado con 25.000 euros- cuyo autor, el gaditano José Ramón Ripoll, nos resulta entrañable a los oyentes de Radio Clásica, puesto que ante esos micrófonos desarrolla su magnífica labor de musicólogo, que une a la de ensayista y poeta con otros destacados premios en su haber. No pocos acumula también, a sus apenas treinta años, el escritor cubano Sergio García Zamora, autor de El frío de vivir, que ha merecido el Premio Loewe a la Creación Joven, en el que alcanza, según el jurado, «una madurez total y un dominio del poema, tanto en prosa como en verso». Con fina y traviesa sensibilidad escribe: «...Dios me entregó la poesía / porque si deseamos tener /tranquilo a un niño / se le da para que juegue / cualquier cosa».

Ese «juguete» celestial de la poesía ha encontrado dos claros protagonistas: Ripoll y García Zamora, a quienes entregaron sus correspondientes trofeos dos máximos referentes de la Fundación convocadora: Sheila y Enrique Loewe. Ambos libros se publican en la colección Visor de Poesía. Y el próximo lunes, día 27 sus autores ofrecerán una lectura en la Casa de América, en Madrid, presentados por Luis Antonio de Villena.

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