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Otro disparate más

El PNV ha pedido para el País Vasco una "cosoberanía" como la que supuestamente el Gobierno estaría dispuesto a concederle a Gibraltar. Es el mismo partido del exlíder jesuita que dijo aquello de que en una Euskadi independiente, los españoles serían tratados como se trata a los alemanes en Mallorca. El mismo Arzalluz, del RH negativo, el árbol y las nueces, que esgrimió a su favor la infame teoría de que en este mundo no existe un solo pueblo que haya alcanzado una liberación "sin que unos discutan y otros arreen", justificando con ello la dinámica asesina de los pistoleros etarras y sus cómplices batasunos. La partitura ha cambiado pero no del todo, sólo en cuanto al ritmo que ha decidido imprimir la orquesta. Por eso ahora, el estado de las cosas anima a replantear la "cosoberanía". Andoni Ortuzar, presidente del PNV, coincidiendo con el Aberri Eguna, se ha inventado la bilateralidad con España como un paso adelante tras el desarme a medias de ETA. La estrategia de Arzalluz y de Egibar de aprovecharse de quienes zarandeaban el nogal no tiene sentido en las actuales circunstancias. El peneuvismo hizo de Euskadi un país a su medida, perpetuándose por décadas en el control de las instituciones. Los mismos nacionalistas facilitaron la bandera y el himno. La sociedad, mientras tanto, vivía extorsionada por la violencia etarra y conducida a un corral vigilado. En la nueva realidad, los dirigentes jeltzales buscan entenderse con Bildu en un proceso más lento, pero reclamando un tratamiento de igual a igual con el Estado para Euskadi. Haciendo valer, por otro lado, que fueron ellos los que tendieron los puentes de la paz tras el fracaso de las armas. Otro disparate.

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