El Pirineo hay muy pocas series con datos de temperatura y precipitación que sean fiables y de una duración superior a 100 años. Esto complica mucho emitir hipótesis sobre el efecto del incremento térmico global y la variación en la precipitación en la cantidad de nieve en el Pirineo, particularmente en el Pirineo catalán. Sólo hay dos series con temperatura fiable desde 1950, El Pont de Suert y Vielha, si añadimos la serie de Ransol de Andorra sólo hay tres series con datos. Es evidente que hay bastante más observatorios, como estaciones meteorológicas de alta montaña, Núria, La Molina, Baqueira-Beret, Malniu, Ulldeter, pero no se ha podido hacer una homogeneización completa de la serie desde 1950 de estas estaciones, en unos casos por la brevedad de la serie y en otras estaciones por la falta de homogeneidad de la serie.

Los datos de espesor de nieve también son de pocas estaciones y no son de forma continua. Conocemos los casos de dos observatorios de Andorra situados a una altitud similar, 1500 m, son Ransol y Engolasters. En el caso de Ransol no hay una tendencia hacia la disminución del espesor de la nieve, mientras que en el observatorio de Engolaster la cantidad de nieve caída ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas.

Establecer las causas de estas diferencias es complicado ya que ambos observatorios son muy cercanos, pero una de las causas podría ser la disminución de los episodios nivosos de origen mediterráneo, levante, mientras que en cambio las situaciones nivológicas asociadas a frentes fríos atlánticos y advecciones de frío del norte se han mantenido estables.

Si esta es la causa en las próximas décadas continuará la fuerte disimetría en la cantidad de nieve entre el Pirineo Oriental catalán, donde el origen de las nevadas es fundamentalmente mediterráneo, y el Pirineo Occidental. El espesor de nieve de los últimos inviernos ha sido muy variable entre estas dos zonas y parece confirmar esta asimetría nivológica.